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El militar que impulsó el polo

 Es 12 de abril de 1937, Las tribunas de Campo Marte están atiborradas por la inauguración del Campeonato de Polo.

Entre los asistentes destaca la presencia del subsecretario de Guerra, Manuel Ávila Camacho, y el jefe militar Joaquín Amaro, quien fomentó la práctica de este deporte en las Fuerzas Armadas.

Las familias de la aristocracia mexicana, (porque el polo no es un deporte barato), apoyaban a ambos equipos: “Marte” y “Policía”, el encuentro fue cerrado, pero los caballistas del Marte se impusieron con siete metas sobre cinco.

Ocho décadas han pasado de aquel partido reseñado en las páginas de EL UNIVERSAL, ahora, en su andar diario por Paseo de la Reforma, pocos capitalinos se detienen frente al predio conocido como Campo Marte, tampoco se preguntan quién es aquel hombre gallardo inmortalizado sobre un caballo y que parece vigilar el campo deportivo.

Se trata de Joaquín Amaro Domínguez, la placa de su efigie lo nombra “organizador del moderno ejército mexicano”.

Para aquellos que practican Polo o son parte del ejército, este nombre podría resonar en su memoria, puesto que como era un deporte que solo jugaban los ricos, Amaro Domínguez, quien llegó a ser secretario de Guerra y Marina lo introdujo y lo hizo obligatorio entre los jefes y oficiales de la milicia mexicana.

El militar lo convirtió en su pasatiempo favorito y aprovechó el gusto del presidente Manuel Ávila Camacho por los caballos para darle más empuje al ejercicio de dominar con destreza los dos instrumentos del juego: el caballo y el mazo.

Por su extenso terreno de más de 155 mil 400 metros cuadrados, Campo Marte era el escenario ideal para los polistas del país.

De acuerdo con la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), este terreno fue adquirido por el gobierno el 31 de diciembre de 1904, a través de una compra – venta a la “Mexicana National Exposition and Land Co”.

Un decreto de Porfirio Díaz lo destinó como club hípico militar el 16 de febrero de 1910.

El 1 de abril de 1937 fue designado como “Campo Deportivo Marte” y pasó a formar parte del servicio de la Secretaría de Guerra y Marina.

Ya abanderado como presidente, el 26 de agosto de 1941, Manuel Ávila Camacho lo rebautizó como “Parque Nacional Anáhuac”.

En su libro “Joaquín Amaro y el proceso de institucionalización del ejército mexicano”, Martha Beatriz Loyo explica que al frente de la secretaría de Guerra, el general organizó concursos de tiro al blanco y de polo, actividad que requería de polainas y caballos. “El polo y los caballos llegaron a ser las pasiones de Amaro. Constantemente compraba caballos para los regimientos, para equitación y para carreras y pedía fuertes cantidades de fondos para esto”.

La inversión que el ejército hacía en el Polo provocó enojo entre la sociedad. En 1942 un reportero de “El Gran Diario de México” al relatar un encuentro entre “Colegio Militar” y “Presidencia” afirmó que el resultado del partido demostraba que era una práctica improvisada porque el polo era un deporte “caro, muy caro en el que se deben tener muy buenas cuadras y eso cuesta mucho dinero”.

El redactor expresó que ese dinero debería ser invertido en gente pobre. “¿No les remorderá la conciencia a los altos jefes del ejército gastarse el dinero en caballos mientras gran parte del pueblo casi muere de hambre”, se preguntó.

En 1972 el Parque Nacional Anáhuac fue renombrado: “Campo Deportivo Militar Marte”, como se le conoce en la actualidad.

No todo ha sido gloria y festividad, el Marte también se ha vestido de luto, como en 2008 y 2011 cuando los secretarios de gobernación en turno murieron en accidentes aéreos y fueron homenajeados en este lugar.

También hay un espacio para las víctimas de la violencia, a un costado de Campo Marte, permanecen 70 estelas de acero que tienen grabados los nombres de víctimas de la guerra contra el crimen organizado, fue inaugurado el 5 de abril de 2013 y a seis años de su creación luce abandonado, los nombres de algunas víctimas de la guerra contra el narco han desaparecido, lo mismo ocurre con las frases de reconocidas personalidades que reflexionaban sobre la justicia y la pérdida de seres queridos.