Mitos del infarto…No culpes al estrés

Los problemas cardiacos o problemas cardiovasculares no siempre son detectados, ya que algunas enfermedades son asintomáticas. Sin embargo; es importante conocer los mitos del infarto.

Los problemas del corazón pueden relacionarse con la calidad de vida de las personas. Los buenos o malos hábitos pueden marcar la diferencia.

Los mitos más comunes de lo que provoca un infarto son:
 
El estrés provoca infarto
 
Esto es falso, el estrés puede reflejarse físicamente y puede ser el desencadenante de un infarto, pero no necesariamente lo provoca.
     Un infarto es provocado por una arteriosclerosis, es decir, cuando se da una interrupción en el flujo sanguíneo de las arterias.
Aunque el estrés desencadena los eventos coronarios está menos claro que el estrés cause dichos eventos.
Los factores que pueden provocar un infarto son: el tabaco, el sobrepeso, el colesterol, hipertensión, ausencia de actividad física.
 
Solamente las personas mayores sufren de infartos
 
Es otro de los mitos de los infartos, esto no es verdad. Los infartos no dependen de la edad, dependen de las fallas cardiacas y muchas veces pueden ser hereditarias.
La mayoría de los infartos en niños y adolescentes son provocados por un problema de herencia.
Así mismo, un alto porcentaje de esos niños tienen problemas cardiovasculares debido a una mal formación congénita
 
Entre más joven menos posibilidades de morir un infarto
 
Otro de los mitos de los infartos es; que la juventud puede salvarte de la muerte a causa de un infarto.
Esto es falso, al contrario, entre más joven eres más peligroso es sufrir un infarto. La hipertensión en personas jóvenes es más común hoy en día.
A demás a circulación colateral se presenta a partir de los 40 años de edad; es un tipo de circulación que se da cuando una de las arterias es obstruida, la sangre fluye por otras venas y esto impide el infarto.
 
El dolor de pecho es sinónimo de infarto
 
Esto no es verdad, los infartos no presentan los mismos síntomas en todas las personas. Algunas personas no sienten dolor alguno y tienen dificultades para respirar.
Otras sufren de mareos y nauseas, no necesariamente el dolor de pecho es sinónimo de infarto.
Es importante conocer los mitos de los infartos para no entrar en pánico y tampoco confundirlo con otra enfermedad.

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