PEDAZOS DE VIDA 

I

• Al chile, al chile, pinche pavo ni estaba bueno…
• Sí we, pero no tenías por qué aventarlo.

II  

En eso andábamos, cuando la Rosita soltó el rebozo y el Niño Dios se fue directo al piso y ¡traka! Quedó partido en cachitos we, has de cuenta que hubiera tenido cuetes o algo así. Mi abuela hasta se puso a llorar porque ese Niño Dios tenía años en la familia. Una vez se le quebró la mano y hubieras visto, fue a que se la pusieran de nuevo porque su Niño Dios cómo iba a estar sin manita, y todos mis tíos y mi papá tuvieron que poner para la compostura. 

Pero está cabrón. La pobre Rosita se quedó bien sería, su jefa se la iba a sonar we, pero no la dejaron. Eso sí, junto con la Fany agarraron el chal de hamaca para hacer la arrullada del Niño pero de un momento a otro el chal parecía cuerda para brincar y ahí fue cuando se le soltó y se quebró todito. Ya en la cena, nadie decía nada y mi abuela estaba que se la llevaba la chingada, pero no dijo nada, a ver si del coraje no se nos va antes de que acabe el año. 

III

• La posada estuvo buena. Hasta chingadazos hubo… 

IV 

• Pues es normal que cuando se rompen las piñatas, ocurran algunos accidentes, es normal que suelten el palo y le den en la cabeza a alguien más, es normal que se atraviese un atarantado y se lo descuenten a palos; también es normal que te apachurren por andar aventándote a los dulces. Pero que vayas a la posada con la vieja por la que dejaste a tu señora we, eso no se hace, y menos cuando la que está en la piñata es tu ex señora. ¿Que le podíamos quitar el palo? Se tundió a los dos, y hasta la ambulancia tuvimos que llamar…. Pero neta we, ¿qué tiene en la cabeza el pinche Santi?
• Pues por lo que cuentas compa, tiene cinco puntadas, jajaja.