Ayer se efectuó la Tercer Reunión del Diálogo Económico de Alto Nivel entre México y los Estados Unidos, en una coyuntura económica complicada para los dos países, la cual podría empeorar para México si Donald Trump llegara al poder en las próximas elecciones presidenciales.
No es nueva la oposición en algunos sectores laborales al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), la cual hoy el candidato a la envestidura republicana, Donald Trump, pone en evidencia en su campaña. Existen corrientes sindicales y la opinión de millones de ciudadanos estadounidenses que ven en el TLCAN la fuga de empleos hacia México, país que envía más del 80% del total de sus exportaciones hacia el mercado estadounidense cada año.
La crisis iniciada en los Estados Unidos en 2008, que persiste en el planeta cada vez con nuevas manifestaciones o particularidades, a pesar de la flexibilidad monetaria por parte de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED), la cual llevó su tasa de interés con la que presta a los bancos comerciales casi a cero puntos, regalando el dinero, continúa causando estragos y no se ve con claridad el fin del túnel.
Bajo la amenaza de una nueva recesión mundial, la guerra en Medio Oriente y la crisis migratoria resultante, la crisis de la deuda aún latente, la incapacidad de las políticas monetarias para impulsar el crecimiento y el desplome del comercio mundial, que ha llevado a la caída de los precios de las materias primas, bajo ese contexto, se ha realizado el Tercer Reunión del Diálogo Económico de Alto Nivel entre México y los Estados Unidos ayer jueves.
El miércoles por la noche llegó el vicepresidente de los Estados Unidos, Joe Biden, acompañado de los secretarios de Comercio, Penny Pritzker; del Interior, Sally Jewel; de Energía, Ernest Moniz, y de Transportes, Anthony Foxx; así como por el subsecretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas; la subsecretaria de Estado para el Crecimiento Económico, Energía y Medio Ambiente, Catherine Novellis, y el sub representante comercial Robert Holleyman.
La amenaza es latente para el TLCAN y el comercio de México con los Estados Unidos, hasta en tanto no se conozca quién será el próximo presidente de los Estados Unidos, cuando es casi un hecho que Donald Trump será el candidato republicano. Parece pues, que el romance iniciado entre México y los Estados Unidos en 1993 con la firma del TLCAN está en peligro ahora, en medio de una crisis económica y la desaceleración del comercio mundial, después de 22 años de un fluido comercio entre nuestro país y el vecino país del norte, que ha hecho que os funcionarios del gobierno federal desestimaran diversificar el comercio con América Latina, a la cual sólo destinan el 6% del total de las exportaciones o China, hasta donde enviaban hace unos años atrás, apenas un 1%.
El diario español “El País”, citaba declaraciones del vicepresidente Biden donde señalaba que “El mensaje que está saliendo de Estados Unidos, como consecuencia de la campaña presidencial, sobre las actitudes estadounidenses hacia los mexicanos y México en general, pero también sobre el hemisferio entero, es perturbante. Algunos comentarios vienen de algunos de los candidatos presidenciales del otro equipo son peligrosos, dañinos y increíblemente mal asesorados. Y voy a decirles algo: no representan el punto de vista de la mayoría de los estadounidenses”, precisaba.
No obstante, no se debe obviar la posición de millones de estadounidenses, que aunque descendientes de inmigrantes, hoy ven en los latinos y asiáticos un peligro a sus empleos, al igual que algunos mexicanos ven hoy como pese al estar preparado académicamente, con estudios en el extranjero, se encuentran desempleados, mientras que algunos extranjeros ocupan posiciones importantes dentro del gobierno federal.
No se puede tapar el sol con un dedo, hay un reacomodo en el comercio mundial y en los acuerdos comerciales firmados a diestra y siniestra por México, con el afán de liberalizar su comercio, pero hoy eso ya no es una recete, los tiempos han cambiado y todos los países están reconsiderando el camino andado, como en Europa, donde la inmigración está cuestionando la validez de la libre circulación de las personas en el espacio común construido por los países miembros de la Unión Europea.
Lo cierto de todo esto es que le corresponde al gobierno de México proporcionarles trabajo, salarios dignos, acceso a la educación y seguridad social a todos los mexicanos, no a los Estados Unidos. Sí los campesinos pobres emigraron hacia el norte en el pasado, y aún hoy lo siguen haciendo, si los hombres y mujeres de las zonas urbanas ven en los Estados Unidos su realización, es porque en México no se les ha ofrecido la oportunidad de desarrollo y realización, y es ese el problema que habría que resolverse en el país hoy, al margen de quien llegue a gobernar en los Estado Unidos y su postura hacia México ¿A caso no sería mejor que fuera nuestro país quien estuviera preocupado por el arribo masivo de estadounidenses, debido a los niveles de bienestar y posibilidades de desarrollo?
