CIUDAD DE MÉXICO
PRIMERA DE DOS PARTES
Cada vez son más los cargamentos transportados desde Nicaragua que entran a México vía terrestre por fronteras con Guatemala o Belice. Estos llegan a Tepito, convertido en la bodega más grande de armas del país
El endurecimiento de vigilancia en la frontera norte de México ha propiciado apertura de nuevas rutas y formas para el tráfico de armas. Ahora pistolas y rifles —como el AK-47, conocido como cuerno de chivo— ya no sólo llegan desde Estados Unidos, ahora desde Centroamérica.
Cada vez son más los cargamentos transportados desde Nicaragua que entran a México por vía terrestre a través de las fronteras con Guatemala o Belice. Estos llegan hasta Tepito, que se ha convertido en la bodega más grande de armas del país, advierten autoridades.
Rifles y pistolas llegan desarmados a México en dobles fondos de camiones de carga o de pasajeros “con la bendición” de autoridades corruptas, que reciben diversas cantidades por hacerse de la “vista gorda”.
El 24 de julio, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) reportó que anualmente cerca de 200 mil armas ingresan a nuestro país de forma ilegal desde Estados Unidos.
Fuentes federales revelan que tras la estrategia de Estados Unidos en su frontera sur para tapar el flujo de migrantes, la delincuencia abrió nuevas rutas para ingreso de armas al país.
Además del ingreso por Estados Unidos, las nuevas rutas del tráfico de armas inician en Nicaragua, donde son preparadas en piezas para su envío, distribución y venta en México, y reconoce que desde hace cerca de cinco años el Barrio Bravo de Tepito se ha convertido en el centro de distribución de armas clandestinas más grande de la República.
En calles de la colonia Morelos, un hombre se dice apodar “El Ñengo” y/o “El Chilango”. Este de piel morena y de mediana estatura fue policía de la Ciudad de México y desde hace seis años —cuando fue dado de baja de la corporación— trafica abiertamente todo tipo de armas en el Barrio Bravo.
Cubierto con pasamontañas confirma que el ingreso de armas inicia en Nicaragua. De ahí tienen acceso a territorio nacional por dos grandes puertas: de Belice a Quintana Roo y de Guatemala a Chiapas, a través del grupo identificado como Polleros.
“Hay camiones económicos de Chiapas que te cobran 400 pesos y 450 pesos. Te dejan en el mercado de Mixcalco, pero están patrocinados; transportan perico [cocaína] y armas.
“Llega la gente, se estaciona, se van a lavar el camión y sacan todo el desmadre; de ahí entran a Tepito y va escoltado por la SSP del DF [Ciudad de México] al barrio”, relata.
El hombre se refiere al Número 1 como “El Patrón”, quien, aclara, no se mete directamente en el negocio del tráfico de armas, pero sí tiene gente a su cargo que es la responsable de ello.
“Hay otro güey que es el segundo, el contador, y en ocasiones me han mandado a escoltar esos camiones”, expone “El Chilango”, quien aclara que así le nombran en los estados.