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México reflexivo…

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PIDO LA PALABRA
    •    Desde mi humilde opinión, en este país hay cuatro formas para medianamente alcanzar el éxito… 


El éxito se ha convertido en una obsesión, pero como tal, cuando alcanzamos una meta, nos sentimos frustrados porque nos damos cuenta de que siempre queremos más, y que el camino aún es muy largo por recorrer.

Desde mi humilde opinión, en este país hay cuatro formas para medianamente alcanzar el éxito; una de ellas es tener amigos; es bueno tener amigos sobre todo si son muy cercanos, pues si el amigo “sube” nosotros subimos; el problema está en que si el amigo se cae, nosotros también nos daremos un verdadero golpazo con su caída; eso es lo que ahora estarán sintiendo los amigos de Enrique N, de Emilio L y otros que hicieron de la amistad un negocio. Como vemos, esta forma para tener éxito es poco sólida para nuestros objetivos a largo plazo.

Una segunda forma es dedicarse en cuerpo y alma a la política, hacer sentir a la gente que estamos dispuestos a sacrificar nuestra vida en aras de satisfacer las necesidades del pueblo, y que si votan por nosotros les haremos sentir que nos convertiremos en el mesías que el pueblo estaba esperando; el problema está en que la política es como una rueda de la fortuna, algunas veces estamos arriba, pero otras también nos encontraremos abajo; muchos de los que aprovecharon su efímero paso por este camino del éxito, o están en la cárcel, o bien, enclaustrados en sus casas por el miedo a enfrentar a quienes traicionaron. Nuevamente nos encontramos que esta forma también adolece de inconsistencia.

Una tercera forma es el modus vivendi de aquellos que se despiertan cada día solo para buscar a quien pueden “fregar”, y su lema es el viejo y conocido refrán de que “el que no tranza no avanza”; de estos bien vale la pena cuidarse solo un poco, porque al final del día, ellos terminarán por construir su propio camino de soledad.

Estas tres formas para tener “éxito” se van a ver en muchos aprietos el día en que los mexicanos se cansen de tanta desgraciada tranza y simulación de gente que gusta hacer caravana con sombrero ajeno; funcionarios que se andan promocionando con dinero etiquetado para obra social y que lo ejercen como si el dinero para dichas obras saliera de su bolsillo; mediocres que gustan de salir “en la foto” de cuanta inauguración haya; advenedizos que se matriculan en alguna cátedra universitaria solo para que aparezca en su currículum, aunque en los hechos no tengan ni la menor idea de lo que supuestamente están “enseñando” a “sus alumnos”; estos son los primeros que caerán en el momento que el México reflexivo se despierte y los coloque en el pódium de los desesperados por el poder.

Y la cuarta forma, esa que poco interés se le pone, quizá por exigir un poco de esfuerzo y que por ello se deja al final de la cadena de opciones, si me refiero a “ESTUDIAR”, a verdaderamente ESTUDIAR PARA SER y no para parecer, pues hoy sabemos que entre más se sabe, menos se imita. Esta forma si es auténticamente consistente y recomendable, cuando el objetivo es utilizar ese conocimiento para honestamente mejorar, el conocimiento al servicio de la comunidad. ¡Esa es la nueva generación de exitosos y emprendedores que el País necesita!, esa es la nueva generación del México reflexivo que los románticos de mi generación estamos buscando.

Las palabras se las lleva el viento, pero mi pensamiento escrito está.