Tula de Allende
• El obispo de la Diócesis de Tula, en su mensaje de año nuevo, señala que los mexicanos, “vivimos con angustia, preocupación, miedo e inseguridad ante tantos males que aquejan a nuestras familias y a nuestras pequeñas y grandes comunidades”
Juan Pedro Juárez Meléndez, obispo de la Diócesis de Tula, como parte de su mensaje de año nuevo dijo que se inicia el 2018 con la gracia y bendición del Señor y todo mundo se desea lo mejor y se dan un abrazo; “pero en el fondo del alma, vivimos con angustia, preocupación, miedo e inseguridad ante tantos males que aquejan a nuestras familias y a nuestras pequeñas y grandes comunidades”. Recordó que Jesús, que nos ha liberado del mal y de todo pecado, invita a todos a ser testigos alegres que suscitan y resucitan la esperanza de Dios en los corazones cansados y abrumados por la tristeza y la desesperanza.
“México necesita sembradores de esperanza, siendo promotores de justicia, solidaridad, paz, fraternidad, y del respeto a los derechos humanos, principalmente del derecho a la vida”.
Monseñor dijo que al iniciar un nuevo año, “es momento de dar gracias a Dios y pedirle por la paz en nuestra patria y en el mundo, así como agradecer todo lo nuevo que aparece en nuestra vida y pedir a Dios nos conceda todos los buenos deseos que tenemos y que nos decimos en el Nuevo Año para que los sepamos hacer realidad, además de dar gracias por el año que concluye”.
Juan Pedro Juárez Meléndez dijo que ese es su deseo ardientemente para todos: “Mis hermanos sacerdotes, religiosas y religiosos, seminaristas y fieles cristianos laicos que peregrinan en Tula y también para todos los hombres y mujeres de buena voluntad. Estoy seguro que juntos podemos construir un México mejor, con el decidido compromiso de todos y con la bendición de Dios”, concluyó.
