México: los cambios que se avecinan con el Presupuesto de 2016

Terraza

Recientemente, el Gobierno Federal anunció que el Presupuesto de Egresos (PEF) de 2016, sería “base cero”. La intensión de dicha medida consiste en romper la tendencia de gasto de años anteriores, con el fin de hacer frente al complicado panorama internacional por la caída de los precios de la mezcla mexicana del petróleo, que desde junio del 2014 ha perdido cerca de 60% de su valor.

 

Este postulado, propuesto por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, pretende justificar los montos que se utilicen para cada proyecto gubernamental con asesoría del Banco mundial, sin tomar en cuenta las referencias de años anteriores. 

Su elaboración comenzará el 1° de abril de éste año, e implica la revisión de más de 889 programas públicos, además de cambios radicales en los tres órdenes de gobierno. De acuerdo con Fernando Galindo, subsecretario de  Egresos, el Presupuesto Base Cero también priorizará los proyectos más demandados, tales como los que involucren el mejor desarrollo de la educación o la garantía de salud. 

Aunque la propuesta ha sido bien recibida en lo general, no será fácil de implementar, ya que implica una revisión exhaustiva de las finanzas públicas, programas y participaciones federales de los estados de la república, todo lo cual, hace dudar a los expertos acera de la posibilidad  de que la revisión se lleve a cabo al 100% en 2016. 

Dentro de alternativas propuestas, la reducción en el número de plazas dentro de la administración pública quizá la más controvertida. Dicha medida, sin duda enfrentará resistencias, por parte de dependencias y beneficiarios de los recursos públicos, a los cuales han de sumarse los estados de la república que seguramente verán reducidas las participaciones federales. 

No obstante, la Secretaria de Hacienda, ha sido oportuna en señalar que, los recortes al gasto no dejarán de lado los pagos ineludibles como las pensiones, el costo financiero de la deuda y lo englobado dentro del Plan Nacional de Desarrollo. 

A pesar de los probables sacrificios implicados en la elaboración de un PEF base cero, es importante comprender que los recortes que se buscan, tienen por objetivo, que poco a poco se logre reducir el gasto público y que los ciudadanos, sepan a ciencia cierta a dónde se dirigen sus impuestos y obtengan mayores beneficios por su cumplimiento. 

A fin de cuentas se trata de una medida diseñada para mantener finanzas públicas responsables que no sean financiadas con deuda como se hacía anteriormente. 

En los últimos años, México ha llevado a cabo reformas estructurales con la finalidad de lograr un crecimiento económico sustentable y una economía que sea atractiva para las inversiones. Las mejoras derivadas del Presupuesto Base Cero, no se vislumbrarán a corto plazo, pero otorgarán mejores armas para eficientar los programas sociales y asegurar que estos estén generando resultados. 

Estas medidas, sin embargo, deberían adoptarse regularmente en ciertos periodos establecidos de antemano, y no como soluciones a problemas coyunturales derivados de situaciones externas. Nos corresponde como ciudadanos, estar al pendiente de la administración pública y seguir de cerca la elaboración de este nuevo presupuesto.

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