Terraza

Estimados lectores, Donald Trump ha cambiado la página y dejado atrás a la campaña de primarias, y ya actúa como si fuera el candidato presidencial, pero hay que aclarar que hasta ahora solo está cerca de ganar la candidatura por el partido Republicano, pero que todavía tendrá que enfrentarse a la señora Clinton, que todo hace suponer será la candidata del partido Demócrata.

Ahora bien, todo apunta a que Estados Unidos vivirá una batalla por la Casa Blanca de pronóstico reservado entre Donald Trump y Hillary Clinton que también es peso pesado.

Si tomamos en cuenta los resultados de la encuesta de CNN en la que habla de que si las elecciones fueran en la fecha de la encuesta, se estaría viendo a Hillary con un 49 por ciento de imagen positiva y a Trump con el 56 por ciento que lo ven de forma negativa.

Muchos mexicanos piensan, que de ganar Trump la presidencia de Estados Unidos, la situación se complicaría para nuestro país.

Yo no pienso igual, Estados Unidos puede enojarse con cualquier país menos con México, hay muchas cosas en juego dependiendo de la buena o mala relación que se tenga, sea quien sea el presidente.

Durante mucho tiempo esta relación ha sido muy delicada pero con mucha diplomacia hemos logrado equilibrarla. México debe voltear a ver a nuestros vecinos del sur que son nuestros aliados de forma natural, y un buen contrapeso político.

Nuestra relación comercial con ellos, con la Unión Europea, con China, Japón y Rusia y, los negocios que a Estados Unidos y Canadá les conviene tener con nosotros, con el Tratado de Libre Comercio por más que un presidente como Trump quisiera no respetarla tendría que hacerlo. México y EU son más fuertes unidos que separados.

Por eso y otras cosas más la secretaria Ruiz Massieu llamó en Estados Unidos a no dejarse confundir respecto a las condiciones en que se encuentra la relación bilateral y externó que lo que se comparte es más que lo que nos divide y les recordó que México y Estados Unidos tienen un comercio bilateral de cerca de medio billón de dólares anuales, a través de la frontera entre los dos países, un millón de personas y cerca de 370 mil vehículos cruzan legalmente todos los días, cerca de seis millones de trabajos dependen directamente de los lazos comerciales bilaterales.

Hay que considerar también que, de los mexicanos que radican en Estados Unidos, una gran mayoría vive en California, Chicago y Texas, estados cuyas economías han crecido por arriba de la media nacional en los últimos años. Se calcula que el ocho por ciento del PIB de ese país es generado por la comunidad de origen mexicano que vive en territorio americano y muchos de ellos ya son empresarios y gente profesionista.

En los últimos años se ha logrado tener una mejor relación entre ambos países que por supuesto no ha sido fácil, pero que hoy ambas naciones reconocen y admiten que sólo si hay cooperación entre las dos se lograra un mejor entendimiento. Durante muchos años, esta relación ha tenido altas y bajas pero siempre al final pesa más la necesidad de cuidarse mutuamente por todo lo que existe en esta relación bilateral.

Donald Trump o Hillary Clinton, quien gane de los dos, entiende perfectamente que esta fiesta debe llevarse en paz pues al final saben que somos uno de sus socios comerciales más importantes y que ante el mundo es vital mandar mensajes de que esa relación es de buenos vecinos.

Independientemente de quien gane, Trump o Clinton, tendrá que sujetarse en la mayoría de los casos a los intereses del gran capital, pues es un país eminentemente capitalista y por supuesto al contrapeso del Congreso.

Los excesos verbales que hemos visto por parte del empresario candidato Donald Trump, deberán irse mitigando cuando sea el empresario presidente.

Los mexicanos no nos debemos preocupar por quien gane las elecciones en Estados Unidos, los que deben preocuparse son ello, de no perder un socio comercial tan importante como México y de mantener una buena relación de países vecinos que comparten una frontera de muchos kilómetros y que de no hacerlo, se verían afectados con o sin muro.

México tiene que prepararse para dar la gran batalla con inteligencia, patriotismo y una gran actitud para lograr que permanezca la buena relación y el respeto mutuo de vecinos.

Hay que voltear a ver a Europa y a Medio Oriente con sus problemas migratorios y tratar de que esto no sucede.