Antes de llegar ese loco ya causó estragos
● Peso y Bolsa sufren caídas históricas; el Banco de México sube tasas de interés por quinta vez en el año
La otra posibilidad es que Trump, más allá de la retórica, mantenga las relaciones comerciales en su estado actual. Este escenario, aunque tranquilizador, tampoco asegura la bonanza económica. La mera presencia del republicano en la Casa Blanca tendrá impacto sobre el crecimiento de México. “La incertidumbre significará menor inversión y, por tanto, un menor ritmo de creación de empleo”, sostiene el estudio
La elección de Trump ha puesto a México al borde del infarto. Desde su elección, el peso y la Bolsa han sufrido caídas históricas. El Banco de México ha subido los tipos de interés por quinta vez en el año. Pero la amenaza sigue ahí. Y puede ser devastadora para la economía mexicana. Un análisis del BBVA-Bancomer, establece que si el futuro presidente de EU cumple sus promesas de campaña sería “muy probable” que México entre en recesión.
Trump es política nacional en México. Sus planes de gobierno se viven al sur del río Bravo con más intensidad que cualquier medida de Peña Nieto. No sólo se trata de la amenaza de deportaciones masivas o la culminación del muro, sino de la posible ruptura del Tratado de Libre Comercio y la imposición de aranceles del 35% a empresas estadounidenses que tercerizan en México.
Este pánico tiene sustento. México envía 80% de sus exportaciones al norte y disfruta de un superávit comercial de 100 mil mdd al año con EU. Para un país con un PIB per cápita cinco veces menor que EU, este ingreso representa el principal respiradero de su economía. Romperlo tendría un efecto en cadena. Para México sería devastador, pero también afectaría a EU, que tiene en el sur su segundo mayor socio comercial. La imbricación de ambas economías hace difícil que el golpe a uno no afecte al otro. A esta correlación se acogen expertos para vaticinar que Trump suavizará sus promesas. La imbricación de ambas economías hace difícil que el golpe a uno no afecte al otro
“Existen motivos para pensar que la presidencia de Trump no adoptará las medidas más extremas que defendió en campaña. En primer término, un porcentaje elevado de los productos que México exporta a EU forman parte de cadenas de valor que integran insumos estadounidenses […] y que le ayudan a ser más competitivos frente a otras regiones del mundo. Los automóviles son el ejemplo más claro. Imponer restricciones a las exportaciones sería dañino para los productores estadounidenses”.
Este razonamiento explica la postura adoptada por Ford y General Motors. Ante el huracán Trump, los directivos de ambas compañías han prometido que sus compañías mantendrán sus planes de inversión en México. Este tipo de resistencia empresarial es un obstáculo que tendrá que superar el sucesor de Obama. Pero nadie asegura que sea suficiente para frenarle.
El peor de los escenarios sigue abierto, y con él, la amenaza de apagón. “En caso de que Trump mantenga sus promesas de campaña, el crecimiento se vería todavía más afectado y sería muy probable observar una recesión.
Pero ello sería lo menos grave. Lo más preocupante sería que el modelo de crecimiento de México, basado fundamentalmente en exportar mercancías a EU, se vería afectado, lo cual resultaría en una reducción de la tasa de crecimiento potencial”, indica el BBVA-Bancomer.