México, en medio de guerra comercial, exaltado negociaciones del TLCAN

NÚMEROS CLAROS
¿Quién sabe en realidad lo que esconde el presidente Donald Trump bajo la manga? ¿Cuál es en realidad su estrategia en las negociaciones del TLCAN?
 

En medio de la intensificación de la guerra comercial entre los Estados Unidos y China, en Washington han continuado las negociaciones bilaterales sobre el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entre mexicanos y estadounidenses, excluyendo de ellas a los canadienses. Los aparentes avances entre los equipos de negociadores de los Estados Unidos y México han llevado al titular de la Secretaría de Economía, Ildefonso Guajardo, a anunciar un posible acuerdo final en las próximas horas; no obstante ¿Quién sabe en realidad lo que esconde el presidente Donald Trump bajo la manga? ¿Cuál es en realidad su estrategia en las negociaciones del TLCAN?
Todos saben que el presidente Trump tiene un enfrentamiento con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Sin embargo, las acusaciones del presidente Trump sobre las barreras arancelarias de Canadá, respecto a las de los Estados Unidos y las ventajas que los canadienses están obteniendo del Tratado, según el presidente, más bien parecen justificaciones, como las esgrimidas contra México, para delinear un camino estratégico que le permita dividir a sus rivales y sentarlos por separado a negociar; para al final proponerles un tratado comercial bilateral, esgrimiendo la imposibilidad de llegar a un acuerdo trilateral, en el marco de la zona de libre comercio creada en 1994, poniendo fin a ese propósito de integración regional.
Son varios frentes donde ha decidido el presidente Donald Trump y sus generales (Wilbur Ross, secretario de comercio y su negociador comercial, Robert Lighthizer), iniciar esta guerra que desde hace algunos años era sólo una guerrilla de acusaciones de comercial desleal y devaluaciones competitivas. En medio de esa guerrilla comercial, estuvo siempre China acusada de mantener subvaluado el yuan e, incluso, de practicar devaluaciones competitivas consecutivas para abaratar sus productos en los mercados internacionales; pero ahora esa guerrilla se ha transformado en una verdadera guerra comercial abierta, con la imposición de los aranceles al aluminio y acero por parte de los Estados Unidos, sumando más enemigos al frente que conduce China contra el proteccionismo comercial del presidente Trump.
Sin embargo, todo pareciera que en medio de esta guerra, ningún país se puede confiar del otro, que cada uno defiende sus intereses y está dispuesto a aliarse con el mejor postor en su momento. Tal es el grado de crispación, que los estadounidenses y chinos van a reanudar sus conversaciones comerciales al mismo tiempo que lanzan una nueva “rafaga” de aranceles punitivos recíprocos, que elevarán su comercio a precios colosales de más de 100 mil millones de dólares; en medio de una guerra comercial vertiginosa que podría ser devastadora para todos los países.
Esta semana coinciden mexicanos y chinos en Washington, que se reunen a negociar con sus contrapartes estadounidenses en frentes diferentes. Pero mientras chinos y estadounidenses negociación, sus países disparan nuevas “bombas arancelarias”, pues ayer jueves 23 Agosto, Beijing y Washington impusieron aranceles recíprocos superiores a 16 mil millones de dólares a importaciones procedentes de uno y otro país; toda una locura absurda.
En esta columna hemos hablado a lo largo de estos años de este enfrentamiento comercial. Recordemos que recientemente en junio pasado, se abrió una posibilidad de entendimiento e incluso el presidente Trump habló de ella; fue entonces que Wang Shouwen, viceministro de comercio, el subsecretario del tesoro para asuntos internacionales, David Malpass, se reunieron junto con el secretario de comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, en Beijing con el viceprimer ministro chino Liu He, para tratar de reducir las tensiones y poner fin a la guerra comercial entre los dos países, pero sin lograrlo.
En medio de esta guerra está el acero, aluminio, autos, paneles solares, línea blanca, motocicletas, tractores, piezas de ferrocarriles, productos agrícolas, entre tantos otros. El presidente Trump ha dicho que las guerras comerciales son fáciles de ganar y el 20 de julio dijo estar dispuesto a ordenar que se impusieran aranceles a todas las importaciones de productos chinos, si China no hacía un esfuerzo para reducir su superávit comercial con su país (poco más de 335 mil millones de dólares) ¿Dónde escuchamos esto los mexicanos?
La guerra comercial no es el mejor camino del mundo capitalista actual ‘para superar la recesión que continúa arrastrando la mayoría de las economías del Planeta. La Organización Mundial del Comercio (OMC), el Banco Mundial y el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), han advertido de los riesgos de la intensificación de la guerra comercial para la recuperación de la economía mundial, después que la crisis de los Subprimes, iniciada en 2008 en los Estados Unidos, y la crisis de la deuda soberana en los países desarrollados, arrasara las principales economía y neutralizara los flujos comerciales, entre ellos las exportaciones de materias primas de los países en desarrollo.
Nadie puede adivinar que esconde el presidente Trump y sería mejor esperar que echar las campanas a vuelo por el posible final feliz de las negociaciones del TLCAN. Ninguna empresa puede dormir tranquila si su existencia depende de las exportaciones mientras el presidente Trump gobierne, es un enemigo del libre comercio y seguramente terminará de imponer sus políticas de uno u otro modo. La ministra de relaciones exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, ha dicho que ha estado en comunicación permanente con sus colegas de México y los Estados Unidos, y su país está listo para sentarse a poner fin a las negociaciones del TLCAN, esperando que no sea el presidente Trump que le ponga final a éste.

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