Mente sana = cuerpo sano

SALUD Y PENSAMIENTOS

“El cuerpo sano es el producto de la mente sana”

George Bernard Shaw

 

Al despertar cada mañana es importante programar nuestro cuerpo y nuestra mente con una sensación de bienestar y felicidad. Una vez hecho, cuando los pensamientos y emociones de desesperanza nos invadan, es importante hacer un alto, respirar profundo y reflexionar si vale la pena desgastarnos física y emocionalmente con esos pensamientos.

 

Hace unos días un artículo llamó mi atención, a grado tal que quise compartir con ustedes la mayor parte de él, pues me pareció sumamente interesante. Juzguen ustedes:

            ¿Pueden nuestros pensamientos y emociones afectar nuestra salud?

            Día a día por nuestra cabeza pasa un sinnúmero de ideas y pensamientos que afectan de forma positiva o negativa nuestro estado de ánimo, al igual que el estado físico y emocional, la mayoría de estos tienen su origen en el estrés, la angustia y el desamparo; derivados de nuestras creencias personales, familiares y culturales, principalmente, que sin darnos cuenta afectan de forma significativa nuestra calidad de vida.

            Es común haber escuchado más de una vez el refrán que dice: “Mente sana en cuerpo sano”, indicando que nuestros pensamientos generan emociones positivas o negativas, y a su vez estas emociones son traducidas en acciones y actitudes respecto a nosotros mismos, la familia, el trabajo, la escuela, las relaciones interpersonales, que envían mensajes químicos cerebrales (neurotransmisores) que segregan sustancias que influyen de manera directa en nuestra salud física y emocional.

            Ejemplo de ello son la serotonina y la dopamina, sustancias liberadas por el cerebro cuando se experimenta un estado de euforia y felicidad; algo similar ocurre con las emociones negativas, que producen en nuestro cuerpo molestias y dolor, impidiendo así una sensación de bienestar.

            Tomando en cuenta que durante nuestra vida hemos ido almacenando memorias de dolor, alegría, angustia, desesperación, las cuales guardan relación con nuestro cuerpo y que se activan de acuerdo con las situaciones cotidianas que enfrentamos, varios expertos en el tema coinciden que el ser humano tiene la capacidad de determinar si una situación es positiva o negativa, y con ello detonar una sensación de bienestar o malestar corporal.

            El ser emocional que todos tenemos puede estar manifestándose a través de síntomas que denotan que estamos atravesando por un mal momento donde las emociones y los pensamientos negativos nos invaden. Un ejemplo común es el dolor de espalda, el cual puede ser interpretado de diferentes maneras según sea el área afectada: si es en la espalda alta puede estar relacionado con el desamor; si se manifiesta en la parte media se relaciona con la incapacidad para soltar memorias del pasado, y si se da en la parte baja está asociado con el estrés financiero.

Una sensación de dolor en las rodillas puede indicarnos miedo, orgullo y falta de dominio sobre el ego.

Cuando estamos atravesando un momento o situación que nos produce ira, en nuestro cuerpo ocurre un efecto bioquímico que nos hace aumentar los niveles de adrenalina y reviviremos las sensaciones una y muchas veces.

Las sensaciones de tristeza influyen mucho en nuestras energías y motivación para enfrentarnos a nuestro día a día. La tristeza nos puede producir fatiga, exceso de cansancio y una bajada importante de energías.

            ¿Cómo desinstalar los pensamientos y emociones negativas en nuestro diario vivir?

            No es fácil ignorar las situaciones que generan dolor, angustia, tristeza, pues estas emociones duermen y despiertan contigo. Son lo último en que piensas al acostarte y lo primero que viene a tu mente cuando abres los ojos. El único momento de paz es cuando pierdes la conciencia debido al sueño (si eres afortunado y puedes dormir). Repito: no es fácil, pero es necesario, de lo contrario tu día será miserable y llevarás esa infelicidad a todo lugar en que te encuentres.

            Al despertar cada mañana es importante programar nuestro cuerpo y nuestra mente con una sensación de bienestar y felicidad. Una vez hecho, cuando los pensamientos y emociones de desesperanza nos invadan, es importante hacer un alto, respirar profundo y reflexionar si vale la pena desgastarnos física y emocionalmente con esos pensamientos. Ore, dé gracias a Dios y sea consciente que cuando Él borra algo de nuestras vidas es porque va a escribir algo mejor.

Al hacer esto, seremos capaces de aceptar los cambios en nuestra vida y ver las circunstancias sin temor a lo que enfrentamos. Es importante señalar que un sinnúmero de malestares parte del miedo a lo desconocido, de la sensación de pérdida y del ego desmedido por ganar o tener la razón, del temor a cambiar, a salir de la zona de confort.

¡Libérate! Ser una persona sana es una cuestión de fe, de decisión, de buenos pensamientos y de buenas emociones que nos benefician de muchas maneras. No tienes que sufrir. No te atormentes más. Mereces ser y sentirte feliz. Deja que las cosas fluyan. Recuerda que en esta vida todo pasa, todo llega, todo cambia.

            ¡Escrito está!

 

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