Medidores Inteligentes Energía, provocación al pueblo desinformado

Esta es la época del año de más alto consumo de electricidad en todo el país, no sólo porque en el altiplano mexicano aumenta el frío y ello conduce al uso de calentadores o radiadores eléctricos, sino porque en la mayoría de los hogares, ya sea que se encuentren en las costas o en las partes altas del país, se suele poner árbol de navidad y adornos de la época. De este modo, la factura por el consumo de electricidad que recibirán las familias en el mes de enero, correspondiente al bimestre noviembre-diciembre, superará los consumos bimestrales anteriores.

 

 

Pero esto no sería un problema si la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cobrara lo justo por el consumo; pero en los últimos meses miles de hogares se han visto sorprendidos por consumos inexplicables e irracionales, afectando los ingresos de la familia y reduciendo sus posibilidades de consumo. Contrariamente a la retórica del presidente Enrique Peña Nieto sobre la reforma energética, donde señala que ésta se reflejará en los ingresos de los hogares, éstos ahora deben destinar más de sus recursos para pagar las facturas de electricidad.

 

Peor aún, los nuevos medidores eléctricos digitales “inteligentes” están siendo instalados en todo el país sin consultar a los consumidores, sustituyendo a los medidores eléctricos de engranes, lo cual está reduciendo las perdidas de la CFE en más de un 40%, pero afectando los ingresos de las familias en la misma proporción; pues a diferencia de los medidores de engranes que ven afectado su funcionamiento por el polvo y la humedad, los medidores digitales son mucho más exactos y corrigen esos problemas. Debido a ello, los hogares que ya cuentan con los medidores “inteligentes” están pagando el doble de lo que pagaban antes.

 

No hay marcha atrás; si bien es cierto que la sustitución de los medidores antiguos por los digitales está encaminada a que los consumidores paguen lo exacto por lo que consumen, en la práctica se vuelve una carrera absurda en contra de la lógica de la CFE. Absurda por que no hay como reducir el consumo y bajar el monto de las facturas a las cifras históricas, no importa si se gasta Usted unos cuantos miles de pesos sustituyendo los focos ahorradores por LED y si sustituye sus pantallas de plasma por pantallas de LED, al final se dará cuenta que ese gasto no fue suficiente para reducir su factura de electricidad.

 

Lo cierto de toda esta historia y búsqueda de respuestas en la CFE a los altos montos de las facturas por consumo de electricidad, es que los medidores digitales, debido a su exactitud, aumentan el monto del consumo bimestral de electricidad, siendo ésta una de las explicaciones más lógicas a los montos elevados que está cobrando a muchos hogares en estos meses.

 

Algo que se podría hacer, a parte de mejorar sus hábitos en el uso de electricidad en su casa y sustituir los focos convencionales por focos de LED, es instalar un capacitor en la entrada de la energía eléctrica a su hogar, ello le ayudará a estabilizar el fluido y probablemente podría ahorrar un 20% del consumo actual. Otra alternativa sería formar una cooperativa o asociación con sus vecinos para comenzar a usar paneles solares.

 

Con ésta última opción Usted se volvería un productor de energía solar y podría vender los excedentes a la CFE; sin embargo, la inversión inicial es cuantiosa. Fideicomiso para el Ahorro de Energía Eléctrica (FIDE), un organismo descentralizado del gobierno tiene un programa al respecto, pero sólo lo está proporcionando a los consumidores que hoy pagan la tarifa plena, sin subsidio, lo cual es lamentable porque al hacerlo se vuelve discriminatoria y no contribuye a la transición energética.

 

Ya hay en el país un movimiento incipiente en contra de los medidores digitales, pero en este país donde los ciudadanos han perdido su voz y la cobardía nos subordina ante las autoridades, no habrá movimiento que detenga su instalación. Sin embargo, hubiera sido mejor iniciar este proceso con una mejor campaña de información hacia los ciudadanos, reduciendo las tarifas a los niveles que les permitan a los hogares pagar facturas similares a las que pagaban con los medidores de engranes, antes de aumentarlas desproporcionalmente y provocar el enojo de la ciudadanía.

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