- La responsabilidad de algunos tianguistas se ve mermada por otros que no hacen caso de las recomendaciones oficiales
“Pónganse al tiro, el cubrebocas chido, nada más en lo que pasan los de la Copriseh (Comisión para la Protección contra Riesgos Sanitarios del Estado de Hidalgo), madrecita el gel a la vista por favor, y una cartulina como esta”, informa uno de los hombres que están pasando de puesto en puesto en el tianguis da San Cayetano, mientras les enseña un letrero en cartulina fluorescente que dice “uso obligatorio de cubrebocas”.
En tanto sacan los insumos sanitarios que unos tenían escondidos, otros se apresuran a comprarlos en farmacias y negocios cercanos, en tanto en la papelería dónde están imprimiendo los letreros, se hace una fila para comprarlos y que cuando las autoridades hagan su recorrido “sorpresa” se vea que todos cumplen con las medidas.
“Van a empezar de este lado”, así que apúrense dice uno de los que coordinan “la bienvenida” a las autoridades sanitarias, y de esta forma se da tiempo de que los puestos puedan estar en tiempo y forma con todos los requerimientos al momento en que las autoridades hacen el rondín, sin embargo ha quedado claro que los comerciantes sabían mucho antes de la inspección.
De esta forma, de un momento a otro, se percibe la forma en que los tianguistas (que no seguían la recomendación) se colocan el cubrebocas, y posterior al paso de las autoridades se lo retiran de la cara y lo guardan en la bolsa del mandil pareciera que la responsabilidad se acaba cuando las autoridades han pasado por esos puestos, en tanto en otros negocios los comerciantes han hecho del cubrebocas un insumo más en su vida comercial mismo que sólo se quitan para comer y al momento de retirarse del lugar que se abarrota de gente entre las 11 y las 15 horas.
La responsabilidad de algunos tianguistas se ve mermada por otros que no hacen caso de las medidas sanitarias y sólo “hacen creer” que las siguen ante la presencia de las autoridades sanitarias.