MATERNIDAD Y PATERNIDAD RESPONSABLE

Desde que el ser humano apareció sobre la tierra y tuvo que combatir para sobrevivir, se dio cuenta que era necesario guardar la caza para los meses de nieve, y de que alguien debería cuidar y alimentar a la prole.

El mundo empezó luego entonces a diseñar en ese poder absurdo pero duradero el dominio del más fuerte, que por definición se adjudicó al sacrosanto hombre, llamado desde entonces “Sexo Fuerte”. Es evidente que, a la luz actual de los nuevos conocimientos de la neurofisiología, la genética e inclusive de la sociología, lo fuerte de los hombres sólo queda en poder levantar más peso (un bulto de azúcar, por ejemplo) y no todo lo demás que adornó siempre a este género, lo ha hecho más desdichado que feliz.  La “gran familia mexicana” tan enseñoreada por los medios de comunicación en la segunda mitad del siglo XX, donde la madre abnegada y sufrida creaba una estampa que inspiraba, tal parece que en el mundo de las redes sociales empieza a desaparecer.  REALIDADES  De acuerdo a informes oficiales en la república mexicana de los casi 26 millones de hogares, cerca de la cuarta parte de estos los constituyen un solo padre, siendo predominantemente la madre, originando que aquel sueño de un hogar nuclear bien estructurado sea solo una ensoñación que sigue dando buenos dividendos para un status quo que parece hace bien a las “sabias políticas de población”, a la iglesia y a los de la moral inquebrantable. Los tiempos modernos, no sólo han generado en forma significativa nuevas oportunidades a las mujeres en el área laboral, escolar y social, sino también nuevos retos en esto de construir una familia.  De acuerdo a (CAVI) centro de ayuda contra la violencia intra-domicilio de la ciudad de México, estas reformas de equidad han generado que en dos de cada tres hogares existe violencia, porque el hombre no ha sabido ajustar una igualdad que siente le roba poder y presencia. Si a principios del siglo XX existía un divorcio por cada 100 matrimonios, actualmente de acuerdo a INEGI el 30 por ciento de los matrimonios existentes están buscando el camino de la separación. Si hablamos de casi 6 millones de hogares de un solo padre (léase madre) nos estamos refiriendo a igual número de familias con hijos abandonados, y que seguramente sin proyectos para alcanzar metas y sueños.  EL RETO DE SER PADRES  En palabras de la antropóloga Helen E. Fisher los seres humanos finalmente miembros de un reino animal, buscamos con ahínco la reproducción, porque como afirmara Darwin “los que se reproducen sobreviven”. Así los hechos tanto hombres como mujeres luchamos toda nuestra existencia por la perpetuidad de nuestros genes mediante la procreación, y será mediante los diversos caminos que la misma naturaleza nos ha dado, para flirtear, atrapar y enamorar a aquel o aquella para mediante un evento amoroso poder prolongar nuestra existencia. El Dr. J. Money afirmaba que todos los seres humanos construimos entre los 5 y 8 años de edad un MAPA DEL AMOR, es decir que al integrar las experiencias afectivas, eróticas y sociológicas que se cifran con intensidad en esta época, logramos perfilar todos los elementos que debe tener la pareja que con devoción al paso del tiempo estaremos buscando. Nada es casualidad. Es verdad que influyen los neurotransmisores como la FEA (Fenil Etil Amina) para identificar sin ambages la “media naranja” que estamos seguros ya encontramos; son también las feromonas que armonizan este encuentro, sin embargo dice finalmente el Dr. Money todo estaba ya planeado.  La pareja debe implicar la atracción atrapada por el amor y el erotismo, lo que descubre que el llamado de la selva para la reproducción, en la época actual es como las llamadas a misa, porque muchos no sienten la vocación de hacerlo, otros tantos desean sus vidas solos, y otros porque el amor total es en parejas del mismo sexo. Sin embargo, para los que genuinamente desean ser padres deben asumir la responsabilidad que han escogido.     TIPOS DE PADRES Es necesario dejar firmemente puntualizado que la responsabilidad de ser padres es un camino que como hemos visto en los datos anteriores para muchos nunca existe. -Padres gastadores El promover una gestación resultado en la mayoría de veces sencillo para ambos y no siempre gratificante para ellas. En un estudio propio realizado a un grupo de mujeres casadas de 50 a 55 años de edad y con hijos, la mitad afirmó que su vida de madres había sido gratificante, y que –en casi la mitad-la vida del placer había sido ocasional, y cerca del 30 por ciento ignoraban el concepto del orgasmo. Es por eso que valga mencionar que abogar por los derechos sexuales y eróticos de las mujeres no solo es una tarea pendiente sino dolorosamente olvidada. -Padre sostenedor En este renglón entran aquellos –la mayoría son siempre los hombres- que además de provocar una gestación son capaces de ocuparse de la manutención de los hijos, sin embargo, como ya lo hemos visto en la cuarta parte de hogares en México los hombres ya no alcanzan esta categoría. -Padres comprometidos Si algún día pensamos en que realmente se pueda cambiar este mundo de injusticia, será cuando los padres además de responsables en el sostén diario, aprendamos a COMPROMETERNOS en esos roles nunca enseñados de ser pareja y de ser padres. -Padre comprometido es aquel que sabe que el hijo es un proyecto de vida que eligió libremente y que significa un camino por recorrer juntos, donde deberá trazar líneas exactas en un proyecto en blanco que se llama Hij@. -Padre comprometido es aquel que sabe que el hijo requiere no solo la palabra oportuna, sino saber acompañarl@ sobre todo en esos momentos de intenso sufrimiento como cuando se sufre en la adolescencia por el amor no correspondido, o se duda por tomar una decisión trascendente en la vida. -Padre comprometido es aquel que también sabe cuándo poner un límite para dejarlo volar como los halcones y sabrá disfrutar de sus grandes vuelos, sabiendo que se ha cumplido con una obligación y con una grandiosa ruta de vida que se sustenta en el amor.  Ser padres responsables debe ser un compromiso, pero también es una vocación que debe revisarse cada vez con mayor intensidad. Y hoy que hablamos de los derechos sexuales de las mujeres es innegable que los hombres no sólo requerimos reubicar nuestros pasos en el mundo sino nuestro género como una construcción social que tal parece no nos ha salido tan bien.  

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