Los ataques de la secta islamista han obligado a menores de Nigeria, Camerún, Chad y Níger a desplazarse para preservar su vida
Unicef destaca que, junto a gobiernos y aliados de estos cuatro países, ha logrado vacunar contra el sarampión a más de 315.000 niños y ha facilitado el acceso a agua potable a más de 200.000 personas.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) cifró ayer en más de 1,4 millones el número de niños obligados a huir de Nigeria y otros países de la región a causa de los ataques de la secta islamista Boko Haram.
En su informe, el organismo subraya que «el aumento de los ataques del grupo armado -que ha jurado fidelidad a la formación yihadista Estado Islámico- ha desarraigado a 500.000 niños en los últimos cinco meses».
«Cada uno de estos niños huyendo para salvar su vida es una infancia truncada», apunta Manuel Fontaine, director regional de Unicef para África Occidental y Central. «Es verdaderamente alarmante ver que los niños y las mujeres siguen siendo asesinados, secuestrados y utilizados para transportar bombas», ha agregado.
El organismo detalla que, sólo en el norte de Nigeria, alrededor de 1,2 millones de niños, más de la mitad de ellos menores de cinco años de edad, se han visto obligados a huir de sus hogares. Otros 265.000 niños se han visto desplazados en Camerún, Chad y Níger.
Casi 65.000 niños han tenido acceso a educación, cerca de 72.000 han recibido asesoramiento y apoyo psicosocial, mientras que otros 65.000 niños menores de cinco años han recibido tratamiento para la desnutrición aguda grave.