
(EFE).- Como a buena parte de la población mundial, el coronavirus forzó al artista Manolo Valdés a aislarse, pero lejos de dejarse llevar por la pasividad y el aburrimiento, el español pasó hasta 18 horas diarias dedicadas a su trabajo, y ahora muestra los frutos de ese esfuerzo en la Opera Gallery de Nueva York.
“Es el trabajo del año que he estado recluido en Long Island con la historia de la pandemia”. Son las primeras palabras que pronuncia este español afincado en Nueva York desde hace más de tres décadas cuando se le pide que explique el origen de las nuevas piezas expuestas en este espacio del Upper East de Manhattan, donde podrán verse desde el 20 de mayo al 20 de junio.
Para evitar la aglomeración que caracteriza a la ciudad de los rascacielos, Valdés decidió pasar una época fuera de la metrópolis, al este de Nueva York, donde también tiene un estudio desde el que producir sus piezas.
HORAS Y HORAS DE TRABAJO
“No he dejado de trabajar, pero ha cambiado la manera de trabajar porque no he tenido los asistentes conmigo. He tenido que hacerlo solo, y ha sido una obra más pequeña en su escala, y he pasado mayor tiempo con ella porque vivía donde trabajaba”, afirmó en una entrevista con Efe el pintor y escultor.