Con tal de no ser acusado el enfermero ladrón aceptó la culpa y dijo que regresaría el efectivo hurtado a paciente.
Por necesidad de atención médica ante una posible amenaza de aborto, derechohabientes al Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) acudieron a la Unidad Médica ubicada en Zacualtipán de Ángeles, eran alrededor de las 20 horas, luego de la espera de más de dos horas, fueron ingresados para revisión, el panorama que de por sí ya causaba angustia en la joven embarazada, este se agudizó cuando vio las condiciones insalubres del área donde le pidieron que se cambiara la ropa.
“El baño que ocupan como vestidor tenía residuos de sangre y fluidos, aun así me quité la ropa y me puse la bata, me dijeron que dejara ahí mis cosas”, refirió la afectada, sin embargo no conforme con la espera y con las condiciones que se suman al trato que dieron los trabajadores de la salud, tras el chequeo le indican que se requiere de unos estudios urgentes, que se vista de nuevo y que vayan a hacerlos, pero su dinero ya no estaba en el monedero…
“Cuando mi esposa se da cuenta de que ya no llevaba el dinero, le dice al médico lo sucedido y antes de actuar comienza a interrogarla, entonces le hablamos al vigilante y él nos dijo que sólo habían entrado la paciente anterior, mi esposa y el enfermero “Jassiel”, la situación se agravó luego de que una doctora le dijera a la joven pareja que iban a ingresar a la mujer porque el producto de su vientre ya no tenía vida…
Minutos después resultó que sí tenía vida y retomaron el tema de los 500 pesos y fracción que fueron sustraídos del monedero, al increpar al enfermero primero negó la situación, y luego “haciéndose el indignado y calumniado” pero bajo amenaza de interponer una queja, decide intentar negociar y ofrece pagar el doble (al otro día) con tal de que no sea acusado.
“Íbamos a interponer la queja, hay cámaras ahí dentro así que bastaba con ver quién entró al vestidor para determinar al culpable, pero el enfermero nos alcanzó y nos rogó que no dijéramos nada que al otro día nos daba el doble, yo sólo el dije que quería que devolviera lo robado y dijo que al otro día sin falta. Mi esposa estaba cansada y además decepcionada, ya con el susto que nos habían hecho pasar de que nuestro bebé ya había fallecido había sido suficiente, así que no interpusimos la queja, pero al otro día el enfermero se escondió y no nos dio la cara”.