#ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO
• El 27 de mayo de 1972 Eloy Américo Cavazos Ramírez logró un triunfo contundente en Madrid, siendo el último mexicano en abrir la “Puerta Grande”
Estimados amigos con el gusto de saludarlos a través de este espacio de Plaza Juárez. A iniciativa de José Gómez Ortega, “Joselito El Gallo”, se construye en Madrid una Plaza de Toros Monumental, en sustitución de la vieja de la Carretera de Aragón que databa de 1874, desarrollando el proyecto el arquitecto José Espelius, amigo de “Joselito”, en terrenos cedidos a la Diputación de Madrid, por la Jardón, ganaderos de El Jaral de la Mira, en las Ventas del Espíritu Santo, bajo la condición de explotar el coso taurino durante cincuenta años.
Las obras de construcción se iniciaron el 19 de marzo de 1922, finalizando en 1929, sin embargo es inaugurada hasta el 17 de junio de 1931, fecha en que se celebra una corrida benéfica. No obstante, por las dificultades para acceder hasta ese sitio se requirió realizar trabajos de acondicionamiento por lo que fue hasta el día 21 de octubre de 1934 en que se inauguró de manera oficial el Coso, considerado como el más importante del mundo taurino, calificado como Catedral del Toreo, lidiándose una corrida de toros de la Dehesa de Carmen de Federico, para Juan Belmonte, Marcial Lalanda y Joaquín Rodríguez Ortega “Cagancho”, esa tarde Belmonte cortó el primer rabo al toro “Desertor”.
Para 1935 se organizó la primera temporada de corrida de toros completa, pero al año siguiente la guerra civil hace que se interrumpa la temporada taurina y que por espacio de 34 meses el coso se convierte en una inmensa huerta, reanudándose las actividades taurinas hasta el 24 de mayo de 1939.
En el año 1947, el visionario empresario Livino Stuyk crea la Feria de San Isidro, Patrón de Madrid, que se convierte en el Serial Taurino más importante de la Fiesta Brava, dado el nivel y categoría de la Plaza de Toros Monumental de Las Ventas, Feria en la que todos los diestros, Matadores de Toros, Novilleros y Rejoneadores aspiran actuar, así como los Ganaderos de Lidia estar presentes con sus toros, dado el conocimiento y exigencia de su afición, que “aprieta” a los toreros por más trayectoria que tengan.
Alcanzar un triunfo contundente en Madrid es difícil, pero los diestros saben que un triunfo fuerte en San Isidro les garantiza una campaña de 30 o 40 corridas en el año y un buen número de fechas para el año siguiente.
Sabido es que el medio taurino español en general, y el madrileño en especial, es celoso con los toreros de fuera, sobre todo, con los mexicanos, a quienes, sin importar la categoría con que lleguen a la Madre Patria, o el lugar que se hayan ganado allá con triunfos en otras plazas, los programan con corridas de ganaderías de las llamadas “duras” y alternando con toreros del segundo o tercer grupo; así mismo con el menor pretexto les niegan trofeos para alcanzar el triunfo de trascendencia que representa el abrir la “Puerta Grande” que se logra con el corte de dos orejas a un mismo astado, como ha ocurrido en las últimas Ferias con el hidrocálido Joselito Adame.
Por lo anterior son de trascendencia los triunfos logrados por el regiomontano Eloy Américo Cavazos Ramírez, “Eloy Cavazos”, en sus dos primeras actuaciones en la Monumental Plaza de Toros de Las Ventas del Espíritu Santo, de Madrid, en la década de los 70, concretamente el día 20 de mayo de 1971 fecha en que confirmó su alternativa alternando con Miguel Mateos “Miguelín” como padrino y Gabriel de la Casa por testigo, con un encierro de la ganadería de José Luis Osborne, el toro de la confirmación se llamó “Retoñito”, esa tarde logró abrir la Puerta Grande del coso madrileño.
Al año siguiente, el 27 de mayo de 1972, consigue su segunda Puerta Grande, consecutiva, esa tarde compartió cartel con José Fuentes y Fermín Murillo, lidiando cuatro toros de Amalia Pérez Tabernero y dos de El Jaral de la Mira, que sustituyeron el encierro de Joaquín Buendía -originalmente anunciado- por haber sido rechazados por las autoridades.
Aquella tarde, Eloy Cavazos, después de una faena variada, pusiéndole al colorado de nombre “Azulejo” que le correspondió en segundo lugar, astado que le demandó mucho al, en ese tiempo, jovencísimo torero mexicano, que logró una estocada fulminante que tumbó al burel sin puntilla, nevándose los tendidos de la plaza pidiendo los trofeos para el diestro azteca, la presidencia en un principio únicamente otorgaba un apéndice, sin embargo ante la insistencia de los aficionados terminó por conceder la segunda oreja, de tal manera Cavazos fue sacado a hombros de los aficionados.
De lo anterior, de ayer se cumplieron 46 años, cuatro décadas, pasadas, que ningún otro torero mexicano ha logrado obtener el máximo triunfo en la Plaza Madrileña, en la que indudablemente, como ya lo mencionamos, se ha tratado con dureza a los toreros mexicanos, regateándoles trofeos lo que les ha impedido alcanzar la salida a hombros de “la más importante plaza de toros del mundo”. En la recién terminada Feria de San, los hermanos Adame, Joselito y Luis David, únicamente lograron el corte de un apéndice cada uno, Joselito en dos comparecencias, en carteles que dejaron mucho que desear.
Por ahí nos vemos ENTRE EL CALLEJÓN Y EL TENDIDO si Dios lo permite.