- A diferencia de personajes como Hirving Lozano o Héctor Herrara -también surgidos de los Tuzos-, “Josesito”, como le llaman, tiene vocación defensiva
(EL UNIVERSAL).- A los 19 años de edad, José Castillo tiene un lugar en la categoría sub-20 del Pachuca y aspira a abrirse un hueco en el primer equipo, como lo han hecho jugadores que se convirtieron en agentes internacionales del futbol mexicano.
A diferencia de personajes como Hirving Lozano o Héctor Herrara -también surgidos de los Tuzos-, “Josesito”, como le llaman, tiene vocación defensiva; juega como lateral derecho y ha comenzado a trazar su propia línea.
Y como la mayoría de los que alcanzan la Primera División, ha tenido momentos difíciles, en los que ha considerado renunciar. Después, recuerda que otros antes que él ya pasaron por ahí.
“Operaron a mi hermano del corazón tres veces. Fue un proceso muy complicado, porque él también estaba en el Pachuca y me veía jugar sin poder también hacerlo. Su vida peligraba en cada operación. Por fortuna, logró salir adelante”, relató, en entrevista con el portal de la FIFA.
Aunque la fuerza de voluntad es propia, la inspiración surge de situaciones que han enfrentado “HH” y “El Chucky”, por ejemplo, quienes a su vez hablaron con el órgano rector del balompié, para referir las trabas de sus respectivas historias.
“Fui prestado a Tampico a los 21 años. Ahí, pensé en dejar el futbol y buscar otro futuro. Tenía esposa, estaba embarazada y no veía claro mi futuro en el club. No sabía lo que iba a pasar conmigo y no me pagaban. Entonces, en el Pachuca, me apoyaron con dinero y volví para comenzar mi carrera”, contó el mediocampista del Atlético de Madrid.
Lozano, quien ahora milita en el Napoli, rememoró el obstáculo que la distancia representaba en sus inicios: “Fue duro. Extrañé mucho a mi familia, a mis papás, a mis hermanos. No ayudaba mucho la Casa Club; era un poco austera en ese entonces, así que era complicado”.