RETRATOS HABLADOS

Ahora se sabe que el sujeto que agredió a un jovencito en un Subway de San Luis Potosí, se llama Fernando “El Tiburón” Medina. Y es evidente que se podrán decir muchas cosas del asunto, incluso los que digan que se trata de una persona respetuosa y caballerosa, pero el video causó estupor en todo aquel que lo vio. 

Y si usted lo piensa con calma, casi todos nos hemos topado con personajes de este tipo, que llegan a la colonia o fraccionamiento donde vive, con el automóvil tipo deportivo a toda velocidad, la música escandalosa, y en todo momento la intención de buscarle bronca a quien le diga algo.

No siempre son maestros en artes marciales, pero sí en malas artes a través de las cuales de repente se hicieron millonarios a la vista de todos. Usted los ha visto: vestimenta juvenil que no corresponde a su edad, es decir sacos apretados, pantalones del mismo estilo, mocasines sin calcetín, y por sobre todas las cosas, la frase de presentación: “no saben ni con quién se meten”.

Son los gandallas de toda la vida, que le amargan la existencia a sus vecinos, pero también a los que se topan con ellos en las calles, bulevares y avenidas. A unos los ampara que saben pelear, a otros que son los hijos de funcionarios públicos, empresarios o políticos de alto nivel.

Estamos rodeados por estos energúmenos, y si ahora le tocó a un jovencito que trabajaba en un Subway de San Luis, al rato, no se preocupe, nos puede tocar a nosotros, porque el que se sabe con técnicas para pegar, espera la ocasión para demostrar quién es el rey, igual el que circula como alma que lleva el diablo en su auto último modelo, debe dejar en claro que él es quien es, y por supuesto no se parece a nadie.

Abundan estos personajes siniestros, patéticos, pero que hacen lo que les viene en gana, porque la impunidad, con bastante regularidad, acompaña al golpeador, pero también al junior influyente, al no tan junior, es más, viejo influyente, y resulta que al final del día siempre le pegan a quien se les da la gana. Son seres de un mundo diferente, donde la ley no existe.

Fernando “El Tiburón” Rivera, debe ser detenido para ir a la cárcel.

Los juniors gandallas también, y sus padres que así los hicieron, no por eso, sino porque se trata de enriquecimiento inexplicable el que construyeron, pero jamás explicado.

Es la cruda realidad que vivimos, la patética realidad, que lejos de acabarse crece, crece y crece, porque resulta que siempre han sido tiempos de confirmar y comprobar, que la ley se hizo para los jodidos, su aplicación más, y su no respeto para los poderosos, los ricos, los sinvergüenzas.

“El Tiburón”, parece ser un personaje imaginario, pero no, es real, y abunda, crece a pasto en un país donde los gandallas pueden ganar todo el tiempo. Gandallas que lo mismo se surten a chingadazos a quien se le antoja porque lo vio feo, o humillan al prójimo por jodido.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

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