Los tapices de Rafael vuelven a rivalizar con Miguel Ángel en la Sixtina

PINTURA RENACENTISTA
    •    La exposición es con motivo del aniversario luctuoso de Rafael


Después de 37 años, los que vivió Rafael, y durante sólo una semana, la Capilla Sixtina podrá volver a ser contemplada cómo la había soñado el artista de Urbino: Con los diez maravillosos tapices basados en sus pinturas que rivalizarán con los frescos de Miguel Ángel.
Con motivo de las celebraciones por el quinto centenario de la muerte de Rafael Sanzio (Urbino 1483-Roma 1520), los Museos Vaticanos exponen en la Capilla Sixtina, desde este lunes y durante solo una semana, los tapices con los Hechos de los Apóstoles San Pablo y San Pedro.
Los diez tapices se exponen en los Museos Vaticanos en la sala de Rafael y sólo fueron mostrados en la Sixtina hace 37 años para celebrar los 500 años del nacimiento de pintor y cuatro de ellos durante solo un día en 2010, antes de que fueran cedidos para una exposición en el Museo Victoria & Albert de Londres.
Ahora se vuelven a mostrar en el lugar para el que fueron concebidos en “una ocasión única” en la que “podremos admirar de cerca tanta belleza, la del divino Rafael, el gran Miguel Ángel y los cuatrocentistas Botticelli, Perugino y Pinturicchio…”, explicó a EFE la directora de los Museos Vaticanos, Barbara Jatta.
Con la exposición de los tapices, Jatta explica que se completa el “mensaje evangélico”, “la catequesis visual” que representa la Capilla Sixtina y “cómo exactamente la concibieron los papas del Renacimiento”.
Ni siquiera Rafael pudo ver la Sixtina con sus diez tapices, ya que murió cuatro meses después de que se expusieran los primeros siete.
“Una emoción increíble”, describe a EFE Alessandra Rodolfo -responsable del departamento de tapices de los Museos Vaticanos- el poder ver estas obras colgadas en el lugar para el que fueron concebidas con sus ganchos originales.
El desmontaje y montaje de los espectaculares diez tapices, de cinco metros de largo y tres de ancho, es una delicada operación que se realizó durante trece horas el domingo y que empleó a más de un centenar de personas.
Después de que los papas Sixto IV (1471-1484) y Julio II encargaron decorar las paredes y la bóveda de la Sixtina a Miguel Ángel, León X (1513-1521) quiso dar su contribución a la capilla pontificia y llamó al joven Rafael para que realizase unos cartones con las historias de los apóstoles para posteriormente realizar una serie de tapices destinados a cubrir la parte inferior de las paredes, que están pintadas con cortinas falsas.

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