Preocupación por la salud de Hillary
● JFK, Ronald Reagan y George W. Bush, tres de los inquilinos de la Casa Blanca con peor salud
JFK sufría la enfermedad de Addison; Ronald Reagan tuvo cáncer de piel, de colon y Alzheimer; y Theodore Roosevelt padecía un trastorno bipolar; Hillary Clinton cancela sus actos de campaña debido a una neumonía
Con 68 y 70 años, Clinton y Trump son dos de los candidatos más mayores de la Historia del país, y su historial médico es el nuevo caballo de batalla de la campaña. Aunque no es la primera vez que la salud de un mandatario se convierte en asunto de Estado.
De Roosevelt a Reagan, pasando por Kennedy, los achaques presidenciales se han mantenido tradicionalmente en secreto en EU. Infartos y problemas de espalda.
La esposa de Woodrow Wilson, Edith, se hizo famosa cuando confesó en 1919 que “no tenía problemas para dirigir el país” cuando su marido, con un largo historial de infartos, estaba enfermo. Estando en el poder, Wilson quedó paralizado en la parte izquierda del cuerpo.
El propio John Fitzgerald Kennedy, que a sus 43 años fue el presidente más joven jamás elegido, ocultaba tras su vital imagen problemas de espalda -que hasta le impedían subir escaleras- provocados por la enfermedad de Addison, que le fue diagnosticada a los 30.
Alzheimer y trastorno bipolar: Ronald Reagan tuvo un cáncer de piel y se sometió a una operación para extirparle parte del colon en 1985, aunque su capacidad se cuestionó sólo cuando se supo que ya sufría Alzheimer cuando aún era presidente, aunque la enfermedad se le había diagnosticado después.
Recientemente se descubrió que Theodore Roosevelt (1901-1909), que sufría de asma, ceguera de un ojo y sordera de un oído, padecía un trastorno bipolar.
Depresión, fobia y agresividad: Si Abraham Lincoln (1860-1865) sufría depresión y Ulysses S. Grant era alcohólico y padecía fobia social, trastornos que pudieron afectar a las decisiones que tomaron durante su mandato.
De George Bush (1989-1993) se llegó a insinuar que quizá su hipertiroidismo le hizo más agresivo a la hora de lanzarse a la Guerra del Golfo.