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Los musulmanes vuelven a rezar en Al Aqsa

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Problema religioso, en la “Cuna de las religiones”

Israel cerró dos días el Noble Santuario (para el Islam) o Monte del Templo (para el judaísmo que lo considera el más sagrado) y, en la reapertura, colocar arcos de seguridad alegando su importancia para evitar ataques y entrada de armas en el recinto. “Hay detectores de metales en la entrada del Muro de Lamentaciones y otros lugares sagrados sin que provoquen violencia”, dijeron.
“La situación ha vuelto a como estaba antes. (Los musulmanes) volvemos a rezar en el interior de Al Aqsa. Estamos satisfechos de que Israel haya retirado todos los medios de registros en la entrada”, anunció el Mufti de Jerusalén, Mohamed Hussein horas después de que la Policía israelí completara el desmantelamiento de todas las medidas de seguridad en los accesos de la Explanada de las Mezquitas ordenadas tras el asesinato de dos agentes el pasado 14 de julio.
“Alá Akbar! Alá Akbar!”, gritaron miles de eufóricos palestinos la madrugada de ayer mientras los funcionarios israelíes retiraban vallas de metal y estructuras para cámaras. La Policía israelí ha confirmado que “se han vuelto a las medidas que estaban antes del ataque terrorista”.
Para los grupos palestinos Hamas y Al Fatah, que pedían otro “viernes de la Ira”, se trata de “una victoria histórica del pueblo palestino”.
El rezo masivo, ayer, en Al Aqsa -por primera vez en dos semanas y también pedido por el presidente palestino Abu Mazen- supone el fin de las protestas en la Ciudad Vieja y puede cerrar un tenso periodo con disturbios y atentados que, debido a que contenían el elemento religioso, han hecho temer del estallido de una ola de violencia de grandes dimensiones.
Poco antes de iniciarse la plegaria de la tarde, miles de palestinos entraron en la Explanada de las Mezquitas para rezar y festejar lo que ven como “triunfo”. En un claro reflejo de que la tensión sigue en pie, se han registrado algunos violentos enfrentamientos con policías israelíes dejando más de 40 heridos, en su gran mayoría por gases lacrimógenos, según los medios palestinos.