
Guillermo Whpei es un activista de derechos humanos, especializado en el combate de la esclavitud contemporánea, que ahora asume el cargo de presidente de la Federación Internacional de Museos de Derechos Humanos (FIRHM), de la que forman parte recintos mexicanos como el Museo de Memoria y Tolerancia, el Museo de las Constituciones de la UNAM y el Museo Legislativo.
Esta Federación busca contribuir al fortalecimiento del diálogo sobre derechos humanos a través de estos espacios, cuyo panorama se ha visto complicado ante el tenso ambiente en el mundo, pues en países como España, Italia, Austria, Estados Unidos y la región latinoamericana han resurgido corrientes como el nacionalismo y autoritarismo, que someten a los museos bajo presión.
Whpei explica que hay dos tipos de museos: los privados y los públicos, que dependen de algún organismo estatal. Para los primeros es más sencillo tener una opinión libre, pero para los que dependen de los Estados, están presionados por fracciones políticas para que tomen ciertos criterios sobre la comunicación. “Esto ocurre mucho más en América Latina, porque las estructuras políticas que los museos, junto con las universidades y las bibliotecas son los últimos reductos de credibilidad que existen en la humanidad”, señala Whpei sobre la situación “difícil” que viven los museos.