Los múltiples rostros de Anita Brenner, en el Munal (Parte 1 de 2)

Editora y antropóloga
    •    La serie de fotografías se hizo con la intención de mostrar a la gente las cosas sin filtros, tal como son, y abren la muestra conformada por cuatro núcleos temáticos


A través de cientos de fotografías, la figura de Anita Brenner como editora, antropóloga, traductora, además de una ferviente difusora de la cultura mexicana, está al descubierto en una exposición en el Museo Nacional de Arte (Munal). “Anita Brenner. Luz de la Modernidad”, curada por Karen Cordero y Pablo Ortiz Monasterio, hace un recorrido por la trayectoria de esta editora que nació en Aguascalientes en 1905. Se reúne parte de su acervo personal que abarca óleos, grabados, cerámicas, carteles, bocetos y fotos inéditas de las figuras públicas que establecieron una relación profesional y amistosa con la antropóloga.

Como hija de padres judíos nacidos en Letonia, Brenner pasó parte de su vida en una condición de extranjera debido a temas de religión, nacionalidad y género, inquietudes que expresó continuamente en sus escritos, incluidos sus diarios. “Marqué una época al cortar mi pelo, completamente corto, lo que cambió mi rostro y ha sido un alivio. Además admití a mí misma que estoy enamorada. Son los actos más valientes de mi vida”, escribió en su cuadernillo en 1936, fragmento que acompaña una selección de fotografías nunca antes vistas de la traductora, tomadas por Tina Modotti.

La serie de fotografías se hizo con la intención de mostrar a la gente las cosas sin filtros, tal como son, y abren la muestra conformada por cuatro núcleos temáticos: Anita, Una mirada política, “Idols behind the altars” y “Mexico/this month”, estos dos últimos nombrados así por las publicaciones más sobresalientes que consolidó Brenner como editora, sin dejar de lado “The wind that swept Mexico” (El viento que barrió México), de 1943, ediciones fundamentales para la difusión de la historia del arte mexicano en países de habla anglosajona.

Anita vivió tanto en México como en Estados Unidos: su familia se vio obligada a buscar refugio en Texas apenas unos años después de que naciera pues la Revolución Mexicana había estallado.

Una vez que cumplió los 18 años su carácter fuerte y  espíritu de aventura la llevaron de regreso a México, donde comenzó una de las etapas más importantes para la cultura del país: el Renacimiento Mexicano, nombrado así por el pintor francés Jean Charlot, muralista que realizó frescos en San Ildefonso y que fue pareja sentimental de Brenner, comenta el curador del Munal, David Caliz.

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