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Los malos pasos del hijo de Trump

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En marzo negó haber participado en ninguna reunión con enviados del Kremlin. Cualquier nueva revelación en este punto puede quebrarle la defensa. Y su caída, como la Kushner, dejaría el camino libre hacia el mismo presidente. El escándalo ha entrado en casa de los Trump

La trama rusa ha entrado en casa del presidente de EU. Tanto su hijo mayor, Donald Trump Jr., como su yerno y asesor, Jared Kushner, se reunieron el 9 de junio de 2016 con una abogada rusa que les prometió facilitar información contra la candidata demócrata Hillary Clinton.

Aunque no está claro que la letrada, Natalia Veselnitskaya, les hiciera llegar finalmente el material prometido, el encuentro marca un punto de inflexión en el escándalo. La admisión de Trump Jr. al diario The New York Times de que a solo cinco meses de las elecciones quiso obtener información dañina contra Clinton por una vía rusa, aviva la sospecha de una posible coordinación entre el equipo electoral del candidato republicano y el Kremlin.

La investigación que encabezan el FBI y un fiscal especial trata de averiguar si hubo tal colusión. Su base es el informe de los servicios de inteligencia que dio pie a las sanciones que impuso Obama a Moscú en diciembre pasado.

El FBI, la CIA y la NSA concluyeron entonces que el presidente ruso, Vladímir Putin, había ordenado una operación de largo alcance para interferir en los comicios, dañar la imagen de Clinton y facilitar el triunfo de Trump. El ataque acarreó el saqueo de los ordenadores del Partido Demócrata y de los correos del jefe de campaña de Clinton. El material, según esta versión, fue posteriormente filtrado para su publicación a Wikileaks.

La constante defensa de Trump a Putin y su incapacidad para condenar abiertamente a Moscú por la injerencia electoral han mantenido viva la duda sobre su vinculación. Ninguna prueba ha sido aún hallada en su contra, pero en su círculo cada día son más los afectados. El último ha sido su hijo mayor.

Hombre de radicalidad extrema y muy dado a los exabruptos en Twitter, Donald Trump Jr. fue el organizador de la reunión con la abogada rusa. También participaron Kushner, y el entonces jefe de campaña, Paul Manafort. El lugar elegido fue la Torre Trump. El símbolo del imperio familiar y el punto neurálgico de las operaciones electorales del republicano.