CINE DE AYER
Dentro de la espléndida retrospectiva dedicada a Fernando Solanas con motivo de la entrega de la Medalla de la Cineteca Nacional, tuvimos la oportunidad de ver uno de sus filmes clásicos Los hijos de Fierro.
Realizada inmediatamente después de La hora de los hornos, la cinta requirió de seis años de filmación, culminada en plena dictadura militar, en 1978.
El guión de Solanas es poco convencional y parte de una reinterpretación del poema clásico Martín Fierro escrito en 1872 por el poeta y militar José Hernández.
El libertador (Fernando Vegal) debe partir a las montañas, pero encarga a sus hijos seguir en la lucha.
El mayor (Julio Hoxler), el menor (Antonio Amejeiras) y Picardía (Martiniano Martínez) prosiguen la lucha en las fábricas y en las calles argentinas.
Son reprimidos y hasta torturados por el ejército, pero nunca pierden la fe en Fierro.
El filme se vuelve pues una metáfora acerca de la lucha argentina por la libertad y la justicia, dividida en 10 episodios, bien fotografiados en blanco y negro por Juan Carlos Desanzo y con canciones de Alfredo Zitarrosa.
Sin embargo. Solanas no ha podido evitar que su filme envejezca y que a ratos recuerde los panfletos sociales propagandísticos.
Con todo, Los hijos de Fierro es un filme muy interesante, que permite comprender mejor la lucha obrera argentina.
