NÚMEROS CLAROS
• Lejos de la negociación, el presidente Trump ha polarizado al mundo entre países que defienden el libre comercio y el nuevo proteccionismo
Nada está escrito sobre el desenlace de la guerra comercial que ha vendido promoviendo Estados Unidos con el nuevo proteccionismo ni sobre las negociaciones del TLCAN. El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, existe en hacer la guerra a China y México, dos de los principales países de donde importan millones de mercancías, acusados de ser los culpables de la destrucción de millones de empleos; sin considerar los cambios tecnológicos que se han introducido en la industria de su país y, en consecuencia, los cambios estructurales en su economía que exigen una nueva fuerza de trabajo, mayor calificada, para hacer frente a la nueva revolución industrial.
Lejos de la negociación, el presidente Trump ha polarizado al mundo entre países que defienden el libre comercio y el nuevo proteccionismo. La semana pasada se efectuó la 10ª Cumbre del bloque de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), en Johannesburgo y en su declaración señalan que “los países del BRICS están dando nuevos pasos para fortalecer la innovación y la industrialización, enviando un claro mensaje de defensa del multilateralismo y de oposición al proteccionismo comercial”, contrariamente, el presidente Trump insiste en reforzar sus políticas proteccionistas.
Los Estados Unidos no sólo han impuesto aranceles a las importaciones de acero y aluminio, sino a una gran cantidad de productos chinos que considera una amenaza para su país y ha provocado que China, con lo ha hecho México ya, reaccione a las nuevas amenazas estadounidenses de gravar 200 mil millones de dólares en importaciones de productos chinos con un arancel del 25%.
Por ahora la guerra comercial se ha quedado varada entre China y los Estados Unidos, debido a las amenazas que van y vienen entre Washington y Beijing. Sin embargo, los europeos y canadienses también están siendo objeto de presiones por la política proteccionistas del presidente estadounidense, lo que lo está llevando al aislamiento internacional; sobre todo, después de haber sacado a su país de los acuerdos de París sobre el calentamiento global del planeta y del acuerdo nuclear con Irán.
La administración Trump, en lugar de buscar el camino de la negociación, en los últimos días ha aumentado su presión sobre China al anunciar que podría elevar entre el 10% y el 25% los aranceles sobre 200 mil millones de dólares (el presidente Trump advirtió que podrían gravar más de 500 mil millones de dólares en productos chinos), en importaciones de productos chinos, a lo cual el Ministerio de Comercio chino dijo el viernes pasado que, ellos están dispuestos a adoptar nuevos derechos de aduana sobre las importaciones
Las últimas cifras de comercio exterior Chino-Estados Unidos, son complicadas. Las cifras publicadas este viernes pasado, indican que el déficit comercial general de los Estados Unidos llegó a 46 mil 300 millones de dólares en junio, 7.3% más que el mes pasado, algo que no tiene precedentes en los últimos 19 meses. Recordemos que en marzo, Washington impuso su arancel del 25% sobre al acero y del 10% al aluminio chino; y desde el 6 de julio, hay aranceles adicionales que pesan sobre 34 mil millones de las importaciones de productos chinos a los Estados Unido; algo que México podría enfrentar si desaparece el TLCAN.
Pero mientras ese frente de la guerra comercial del presidente Trump parece ponerse al rojo vivo, en América del Norte aún hay esperanzas. Los negociadores de México y de los Estados Unidos continuaron las negociaciones bilateralmente sobre el TLCAN, dejando a un lado a Canadá. Al respecto, ante la exclusión canadiense, la ministra de relaciones exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, dijo a los periodistas durante una teleconferencia que estaba ansiosa por concluir las negociaciones del Tratado, las cuales, dijo, se volvieron muy intensas nuevamente, luego de las elecciones presidenciales de México.
Pese a que los tres países acordaron reanudar las discusiones después de las elecciones, éstas se han tornado bilaterales por deseos de los Estados Unidos. Canadá no participó en las conversaciones de la semana pasada del viernes entre el representante comercial de Estados Unidos Robert Lighthizer y el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, en Washington; ante lo cual Freeland explicó que la ausencia de Canadá se debió al hecho de que sus contrapartes querían discutir temas de particular interés mutuo, como el de las reglas de origen de la industria automotriz, por supuesto.
Luego de la elección de Andrés Manuel López Obrador como presidente de México, el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto no quiere irse con las manos vacías y el reproche de la mayoría de los mexicanos por sus promesas incumplidas. El gobierno anunció que se podría llegar a un acuerdo sobre el TLCAN para el final del mandato del presidente Peña Nieto, antes del 2 de diciembre; sin embargo, el acuerdo final podría esperar hasta que el nuevo gobierno se instale, si el presidente Trump decide mostrarle al mundo quien manda realmente en estos temas, en medio de las elecciones parlamentarias en su país.