● En México aún se presume ser el Gigante de la Concacaf, cuando los últimos resultados salvo Copa Oro, el Tri ha sido relegado a segundo plano. Estados Unidos y Costa Rica han sacado la cara por el área
El número siete quedó marcado a fuego en la memoria reciente de la afición mexicana. La humillante derrota de México frente a Chile destapó todos los fantasmas guardados durante épocas, que creímos, en su momento, habían quedados en el cofre del olvido. Pero ¿cuáles fueron esos ‘pecados capitales’ ocultos que destaparon la caja de pandora? Aquí hicimos un ejercicio sobre lo que anoche en San Francisco había quedado olvidado en la historia de selecciones nacionales mayores.
-Orgullo: En México aún se presume ser el Gigante de la Concacaf, cuando los últimos resultados salvo Copa Oro, el Tri ha sido relegado a segundo plano. Estados Unidos y Costa Rica han sacado la cara por el área. Los ticos jugaron el quinto partido en Brasil 2014 y los estadounidenses jugarán las Semifinales de la Copa América Centenario.
-Avaricia: México ha relegado, en segundo plano, su crecimiento futbolístico por la generación de dólares con partidos bautizados adecuadamente por Ricardo Ferretti como ‘moleros’. Es la Selección Nacional que más encuentros amistosos tiene en Estados Unidos, donde se recogen millones de dólares, a cambio de juegos con rivales de pobreza internacional que no suman y dejan nada positivo.
-Envidia: Buscamos en entrenadores del exterior lo que existe en México. Se cree que los estrategas nacionales están por debajo del nivel de alguno internacional. Juan Carlos Osorio, Marcelo Bielsa, Jurgen Klopp, Jorge Sampaoli, son tentados, sin oportunidad para entrenadores mexicanos. Se considera que lo foráneo es mejor impulsado con Reglas como la 10/8, donde la base es abaratar al mexicano y relegarlo de mejores oportunidades por un extranjero.
-Ira: Cuando todo mundo pensaba que México y Miguel Herrera iban viento en popa, apareció la ira del estratega mexicano, quien había puesto su nombre a niveles internacionales. El ‘Piojo’ se fue no por su incapacidad estratégica, sino por su cólera para enfrentar las críticas. México y Herrera perdieron la oportunidad de hacer historia y darle continuidad a un proceso que iba viento en popa.
-Gula: México no se harta de sumar fracasos y fracasos en selección mayor. Generaciones pasan a través de los años, ilusionan a millones de aficionados y se quedan con el ‘ya merito’, que arrastra desde varias décadas atrás. Hoy selecciones campeonas en los mundiales 2005 y 2011 son parte de un olvido que empacha. Sólo un jugador llegó a la mayor: Héctor Moreno. ¿Y el resto?
-Pereza: Ver cómo caían los goles de Chile y observar cómo los seleccionados estaban literalmente ‘parados’ arrojaba indiscutiblemente una aparente pereza y desinterés por evitar una noche trágica. Varios jugadores al no encontrar respuestas tiraron la toalla en la cancha. Chile metió siete, pero pudieron ser 10, pero no fue así, porque bajaron a segunda velocidad con lo que veían en el campo. Un rival desamparado, desconcertado y con una pereza mental de lástima.
-Lujuria: Según el diccionario, también es sinónimo de riqueza, abundancia, la vida superflua y el lujo. Está demás decirlo, la vida del futbolista y en específico de seleccionados nacionales en su mayoría es una vida de excesos. Hoy, mientras para muchos jugadores de otros países dejan de jugar finales (Carlos Sánchez), otros se niegan a jugar con la Selección Nacional (Giovani dos Santos) o declaran no gustarles el fútbol (Carlos Vela). Portar la playera mexicana ya no es un orgullo, sino una verdadera carga.
Hay cosas positivas también en México, no todo es malo, pero la goleada de Chile despertó todos los fantasmas que algún día asustaron México y le impidieron su desarrollo. Ojalá que lo sucedido en San Francisco haya sido una Noche Negra y nada más.