Conforme a la tradición popular, hoy es el último día de colocación de alimentos en la ofrenda, por lo que según la creencia popular, el alma de las personas que fallecieron siendo adultas, llegan al mediodía para disfrutar de los alimentos y bebidas que degustaban cuando estaban vivos.
Posteriormente mañana, tres de noviembre, la ofrenda se retira al mediodía y los vivos disfrutan de los alimentos, esta tradición en varias familias se conoce como “la llorada del hueso” y en este proceso se suelen intercambiar algunos alimentos con vecinos, familiares o amigos.
En un sondeo hecho por Diario Plaza Juárez, la gente comentó que algunos de los elementos que no deben faltar en una ofrenda son: el vaso con agua, la sal, un espejo, flores, comida y el incienso.
De acuerdo con alguna versiones, la flor de cempasúchil debe romperse para elaborar con sus pétalos un camino que guíe a los muertos, de igual forma se debe quemar copal o sahumerio, para dar la bienvenida a los difuntos; el vaso con agua es para mitigar la sed que tienen los muertos tras haber recorrido un largo camino desde el mundo de los muertos al de los vivos.
El espejo, aunque algunos no saben por qué, lo ponen “porque así le enseñaron sus antepasados”, otras personas dicen que es para purificar el alma del difunto por lo que es necesario en el altar; y la sal es para que el alma no se corrompa y pueda regresar el próximo año.
Cabe destacar que, al igual que estos elementos, se pueden encontrar otros a los que se les han dado algunas interpretaciones con respecto a las creencias prehispánicas, como los cuatro rumbos del universo, los colores de estos, los niveles del altar, y los cuatro elementos: tierra, en todos los alimentos y flores; agua, en las bebidas; fuego, en las veladoras y las brasas del copalero; viento, en el humo del incienso y el movimiento del papel picado.
