ALFIL NEGRO
Hoy se cumplen 15 días de los 10 mineros de Sabinas Coahuila atrapados en un pozo inundado, en donde las pésimas condiciones de trabajo, la falta de medidas de seguridad y la inoperancia del gobierno, todo indica los sentenció a morir, aunque se abrigan esperanzas de que se de un milagro y salgan con vida.
En opinión de los familiares, los trabajos para rescatar a los mineros no han sido bien hechos, porque se trabajó desde el principio al tanteo y sin tener un plan sensato, y porque se desechó al inicio pedir apoyo a países con más experiencia en rescate en casos como el de Coahuila, seguramente porque se pensó que era una decisión que hablaría mal del gobierno o porque sería un atentado contra la soberanía.
Al final, cuando parece que ya es demasiado tarde, nuestro gobierno a través de las dependencias respectivas pidió ayuda a Estados Unidos y a Alemania que tienen más experiencia para estos casos. Los familiares habían pedido desde el inicio de la tragedia que se pidiera apoyo internacional pero no les hicieron caso.
Los riesgos a los que todo indica se exponen los mineros, inician con las condiciones del sitio donde se supone que pueden estar porque de acuerdo a las informaciones que han dado son lugares inundados y con posibles derrumbes, aunque no se descarta que pudieran haber encontrado un lugar donde estar a salvo.
El segundo riesgo no es menor y es la carencia de agua y de comida. La ciencia dice que se puede sobrevivir más tiempo sin comer que sin agua, de tal manera que hay casos comprobados de gente que sobrevive a la falta de alimento hasta por más de 40 días, pero sin agua el límite dicen es de unos cinco días.
Se supone que comida no tienen y agua parece que no es problema.
Por lo que se ve aceleran los trabajos ya con los especialistas de Estados Unidos sumados al trabajo, y todo mundo desea que haya suerte.
Y hablamos del caso de los mineros porque nuestro estado ha vivido tragedias en sus minas que han costado muchas vidas.
En 1920 el incendio de la Mina del Bordo que costó la vida de 87 mineros y una actitud miserable de los dueños.
En 1965 en el tiro de la mina Purísima Concepción cuando se “chorreó” la jaula que llevaba 30 mineros y bajó del nivel 400 al 550 hasta estrellarse en una caja de agua, donde murieron 27 mineros.
Hidalgo no es ajeno a estas tragedias y hay familias que le siguen llorando a sus muertos.
Por eso entendemos lo que pasa en Coahuila ,y duele ver que se reaccione tan lentamente de parte de quienes deben dar respuesta al problema.
Ojalá haya buenas noticias.
