Los Consejeros del Rey

DE CUERPO ENTERO
Ya no importan los documentos básicos de cada partido, ni sus filosofías sesudamente diseñadas y que bien podían verse a lo lejos entre los de la diestra y la siniestra; ahora se trata de una promiscuidad política que valiéndoles madres, se mezclan todos buscando con vehemencia malévola solo lo que les importa: EL PODER.

Hoy les quiero contar una historia:
    En una ocasión el Rey decidió ir a pescar, había soñado que el río -sabiendo de su prestigio- le proporcionaría un caudal de buena pesca, y que solo sería cuestión de sentarse a su rivera para que los peces volaran cual saetas a su caña. Era un rey ingenuo y soñador.
    Muy temprano después de consultar a sus asesores respecto al clima, y que estos en forma categórica le dijeron que sería un día espléndido, no en balde habían completado sus estudios en Harvard, salieron en caravana con una descubierta de clarines que anunciaban el paso del Rey.
    Con dificultad un súbdito campesino se acercó a la carroza de su majestad: “Disculpe su excelencia, sé que va de pesca, y debo decirle que va a llover muy fuerte, será mejor que desista de su empeño”. El Rey magnánimo le contestó casi sin mirarlo: “No es posible, mis asesores expertos me han dicho lo contrario, ve con Dios”.
    La caravana siguió y no había iniciado la famosa pesca, cuando nubarrones llenos de manchas grises se fueron juntando, estaban decididos a hacerla una mala pasada al Preciso.
Una tormenta con truenos y centellas oscureció el reino, y su majestad junto con sus asesores expertos regresó como sopa al palacio.
De inmediato hizo llamar al súbdito que le predijo la lluvia, y más con curiosidad qué duda le pregunto de cómo sabía de la proximidad del aguacero: “Querido rey, no soy yo sino mi burro; cuando agacha las orejas por un buen rato es que va a llover fuerte, cuando es poco el tiempo es que solo se tratará de una llovizna”.
El Rey despidió a sus consejeros y pidió al campesino ocupara el puesto de los corridos. “Majestad pero no soy yo sino mi burro”.
Desde entonces los gobernantes del mundo pero en especial de nuestro México, tienen siempre a burros como asesores que sabe agachar las orejas.
El México de este diciembre del 2017, inclusive antes de cargar los peregrinos, se verá impregnado por propaganda política por todos los rincones del país; los medios de comunicación servirán de mensajes enseñoreando a uno y a otro, no solo con sus mejores imágenes, sino con cualidades que si fueran ciertas estaríamos ante hombres y mujeres dignos del Premio Nobel de inmediato. El denostar y apedrear al de enfrente será la carta de presentación para poder enaltecer la propia trayectoria.
Estamos solo en las precampañas y ya se escuchan los cohetes y las matracas con estruendo, imaginando que la población sigue siendo la misma, a la que con facilidad inequívoca se le engaña y se le venden paladines de la justicia.
El PRI con afrentas que dan pena ajena, nombra a José Antonio Meade que no es priista, y que seguramente buscará con una lámpara en plena luz argumentos que convenzan, que lo puedan desmarcar de su misma cuna y esencia; y como para consolar al perdedor, se le nombra de inmediato Jefe de campaña a Aurelio Nuño (se matan dos pájaros con un  tiro), aunque seguramente como consejero sepa lo del campesino que se guiaba por el burro.
En los demás partidos se tejen historias tan semejantes que ya se confunde la izquierda con la derecha, lo negro con lo blanco: Miguel Ángel Mancera no acepta ser jefe de la campaña de Ricardo Anaya, dolido por no ser el efectivo, y Ricardo Monreal, otrora defensor de los principios del partido de izquierda, hace berrinche y ahora es dirigente de la campaña de MORENA con el eterno candidato Andrés Manuel López Obrador.

Ya no importan los documentos básicos de cada partido, ni sus filosofías sesudamente diseñadas y que bien podían verse a lo lejos entre los de la diestra y la siniestra; ahora se trata de una promiscuidad política que valiéndoles madres, se mezclan todos buscando con vehemencia malévola solo lo que les importa: EL PODER.
Señoritingos pre-pre candidatos: el pueblo está abriendo los ojos, los once millones de mexicanos en extrema pobreza que no saben si comerán el día de mañana, los homicidios que como reloj maldito se presentan cada 15 minutos, el aumento de los precios a la gasolina que a hurtadillas suceden cada día, y la impunidad que se mueve a sus anchas por todo el país, van llenando la paciencia en cada rincón de nuestra patria. El tiempo pondrá las cosas en sus lugares merecidos.
Aunque se han empeñado en dejar la educación en el último renglón de sus intereses, las nuevas generaciones con el uso total de las redes sociales sabrán castigar su proceder absurdo y nefasto, provocando antes que lo imaginen el cambio que nuestro gran México merece.
¿Por qué no le hacen caso al campesino de la historia? Un burro sabio puede ser un buen consejero, amen que siempre agacha las orejas.

 

  

Related posts