Los cínicos no sirven para este oficio

Los cínicos no sirven para este oficio

RETRATOS HABLADOS

La figura de Judas Iscariote cobra aún más importancia en estos días, porque se presume que, en el asunto de los destinos, Jesucristo no hubiera logrado su misión en La Tierra, de no haber existido un traidor entre sus discípulos, que no solo lo entregó a la muerte sino a la divinidad, al permitirle resucitar a los tres días y salvar la fe de sus seguidores, al confirmarles su carácter más allá de los mortales.

Por muchas razones en estos días es importante recordar que podemos salvar el sentido real de la vida, si mantenemos la certeza de que el amor es el único camino para relacionarnos con nuestros semejantes. De otro modo todo habría sido en vano.

No, no aprendemos, y la guerra de Ucrania lo confirma, la matazón a diestra y siniestra en nuestro país de grupos criminales, la desaparición forzada de miles de personas, también en nuestro país, los feminicidios que no cesan, la certeza de que el único México que vale, es aquel en el que una mitad odie a la otra hasta la muerte.

Poco aprendemos, pero la traición es el pan de cada día en el asunto político, por desgracia sin que surja un Mesías real, como no sea patéticas imitaciones, vulgares, lamentables, porque ni los guía el amor al prójimo, ni el humanismo que pregonan. Solo la ambición de poder, la más baja de las que practican los mortales simples.

Justo en estos días se repartirán miles y miles de juegos de 30 monedas de plata, para que el auto considerado Divino Redentor, logre implantar su idea de lo que debe ser el país, le cueste a quien le cueste, pase lo que pase.

Por el bien de un Estado como el nuestro, los candidatos a la primera magistratura estatal , por lo menos los dos más importantes, debieran hacer un acto de contrición para recuperar el hondo y profundo sentido del amor al semejante, para no usar este como arma de campaña, sino de vida, de absoluta vida.

Parece una “simplonería”, pero al final de cuentas no lo es, porque más allá de grandes planes, proyectos y promesas, lo que urge es encontrar a un ser humano con los atributos fundamentales que lo hacen tal, es decir la disposición absoluta para para ayudar al otro.

La gran diferencia puede ser precisamente esa actitud, que resulta vital, que redefine a toda persona, porque la transforma en una buena persona, y como en el asunto del periodismo, baste recordar a Kapuscinsky, “los cínicos no sirven para es oficio”, pero tampoco para la política, para la vida.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico

@JavierEPeralta

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