Nadie asume responsabilidad política alguna; aún se desconoce la causa de la detonación
Hace dos semanas fue calificado como el más seguro de Latinoamérica
Tres días después de la explosión en el mercado de fuegos artificiales de Tultepec ningún representante político ha hecho el mínimo intento por encajar el golpe, y de la investigación, en manos de la PGR, tampoco se sabe nada. Estos son los 5 agujeros negros del suceso.
Nadie asume responsabilidades políticas. 2017 es año electoral en el estado de México, bastión tradicional de un PRI en horas bajas.
Desde la tarde del martes en que sucedió la explosión, las autoridades han multiplicado sus apariciones públicas. El gobernador priista, Eruviel Ávila, aseguró que se volcaría en ayudar a las víctimas; el secretario de Gobierno, José Manzur, hizo ronda por los hospitales. En ninguno de los escalones políticos se ha escuchado de momento ninguna autocrítica.
Nadie sabe cuál fue la causa de la explosión. Tras un incendio, los equipos de bomberos suelen tardar apenas unas horas en detectar dónde, cómo y cuándo se originó el fuego. En Tultepec, los peritos especializados de la fiscalía llevan tres días inspeccionando el terreno y aún no se conoce ninguna conclusión.
Hace apenas dos semanas, el presidente del Instituto Mexiquense de la Pirotecnia (IMP), definió el tianguis de Tultepec nada menos que como el más seguro de Latinoamérica: “con puestos perfectamente diseñados y con espacios suficientes para que no se dé una conflagración en cadena”.
El presidente Enrique Peña Nieto visitó el jueves a los heridos de la explosión. Durante la rueda de prensa posterior, el mandatario se comprometió con los comerciantes para “que nuevamente puedan reiniciar sus actividades normales y podamos realmente lograr la reconstrucción de ese mercado”.
Irregularidades en la feria. El tianguis contaba con los permisos protocolarios para vender pirotecnia que expide la Secretaría de Defensa. Hace tres meses el parque había pasado su última inspección. Las autoridades estatales, el IMP y la propia Sedena dieron el visto bueno. Ahora, después del desastre comienzan a filtrarse informes que demuestran que, desde luego, la feria de Tultepec no era la más segura de Latinoamérica.