Vibrante empate en el Geoffroy Guichard, en el marco de la Euro 2016, que deja con una sonrisa en el rostro a casi todos sus implicados: la grada, los espectadores a nivel mundial, la República Checa y sus allegados, y hasta los organizadores. El único que cargó con la desgracia fue quizá, quien menos la merecía: la selección de Croacia.

Checos y croatas firmaron un 2-2, con tantos de Ivan Perisic, Ivan Rakitic, Milan Skoda y Tomás Necid, en estricto orden cronológico, que le permitió a los primeros seguir con vida en el torneo y fastidió el deseo de sellar su clasificación a Octavos de Final a los segundos.

Y es que en este choque de los avecindados en el grupo D de Francia 2016, hasta el minuto 86, todo parecía resuelto a favor de aquel que propuso el partido, lo embelleció, dominó y controló desde el pitido inicial: Croacia. 

Gracias a una medular con trato artesanal del balón, los croatas se hicieron del esférico y dieron una fantástica exhibición de futbol. Jugar en campo contrario es la mejor defensa; que la pelota corra entre los pies propios y obligar al adversario a perseguirla.

Los croatas se fueron al frente en el marcador por 2-0. Pero los Checos se supieron sobreponer a las adversidades.