Todavía no se va el gobernador Omar Fayad Meneses y algunos de los que en su momento se declararon sus “incondicionales” han comenzado a buscar un espacio en el nuevo gobierno que encabezará el gobernador electo, Julio Menchaca Salazar, y no les importa andar echando tierra en los espacios que tuvieron como campos laborales y tampoco “rajar” de lo que ha hecho o dejado de hacer Fayad Meneses.
En unos días estaremos exactamente a un mes de que concluya el sexenio de Fayad Meneses, y es increíble observar la cantidad de priistas que al ver que su barco se hundía han comenzado a buscar espacios en el gobierno de Menchaca, mismo que llega con el partido del presidente de la república, Morena, y concluye con esto más de nueve décadas de gobierno tricolor.
Así son los carroñeros, se alimentan del cadáver que es el PRI mientras esperan que llegue algo mejor, en este caso Morena. Decir “mejor” ya es mucho, porque con tanto priista que se está metiendo y mezclando con perredistas banqueteros y panistas de excusado que se han ido a Morena, hoy este partido en Hidalgo no representa la esperanza sino el oportunismo de gran parte de los cuadros que lo están conformando y haciendo a un lado a los Morenistas de convicción a los que las ilusiones no les alcanzan para competir con las mañas de los carroñeros estos.
Da pena verlos pero también da asco, como en su momento lo dio la alianza Va por México conformada por el PAN el PRI y el PRD, porque a pesar de demostrar la poca valía y toda la carencia de lealtad a la incongruencia política y humana, deciden irse a la cama de la contienda política tratando de rescatar el mundo hedonista que por años se han fabricado y al cuál se rehúsan a renunciar.
Los carroñeros no tienen lealtad, son perros que no sólo muerden la mano de quien les da de comer y si pueden, se la tragan completa. Están al acecho, se venden como productos milagro que deben estar cerca de cualquier gobierno o esfera de poder; buscan el privilegio y vivir del erario, ni siquiera es necesario decir sus nombres porque a estas alturas todos conocemos a un oportunista, cínico y vividor de la política y los cargos públicos.
Y como en su momento traicionaron a unos, ahora lo hacen con otro y en este sentido seguramente dentro de seis años, si logran pegarse como garrapatas hijas de la carroña al gobierno de la esperanza, seguramente estarán traicionando a Menchaca, mientras en estos días ya han comenzado a cuestionar que al secretario de Agricultura lo vieron más en bares que en el campo hidalguense, que el de Salud (aunque lo corrieron a tiempo) no visitó los hospitales como prometió Omar Fayad.
Hoy las críticas se comenzarán a centrar en lo que hizo o dejó de hacer el gobierno saliente, ya que los carroñeros tampoco quieren ver muy vigente al personaje que encabezó el gobierno que pretenden sepultar con tal de quedar bien con Menchaca o sus allegados, y es una lástima que esto suceda en Hidalgo porque en medio de esta crisis de lealtad, de principios y sobre todo de congruencia, todo se puede esperar de perfiles nefastos como estos, que hoy buscan regresar a cargos públicos o no soltar los que tienen. Será de gran interés ver el actuar del nuevo gobierno y la forma en que sorteará cada perfil que seguramente ya buscó un acercamiento, directo o indirecto, con el gobernador electo.