“Los árboles de la ciudad no son árboles contentos”: Karime Salomón.

“Los árboles de la ciudad no son árboles contentos”: Karime Salomón.
Photo Credit To Aylin Simón

Como parte de las actividades por el Día Mundial del Árbol, festividad que fue declarada por Adolfo López Mateos en 1959 y que con ese motivo durante todo el mes de julio se celebran las fiestas del bosque de acuerdo a la Ingeniera Forestal Karime Salomón; se llevó a cabo el evento “Juntos en PRO del Bosque Urbano” en el que ahondó en el estrés y afectación que sufre un árbol urbano por no estar en su hábitat natural: “La verdad es que los árboles de la ciudad no son árboles contentos”. 

En la primer plática que dio, informó que la vida de un árbol urbano comienza en un vivero, donde le proporcionan todo lo que necesita: agua, luz, sol, etc. Crece “muy consentido” y cinco años después ya está listo para su venta: “Aquí generalmente es la CONAFOR quien compra los árboles de la ciudad y ya tiene viveros predeterminados”. Explicó que desde el momento en el que una persona carga a este ser vivo para transportarlo, este se empieza a estresar, ya que “desgraciadamente no tenemos muchas veces conocimiento de cómo se trata un árbol”.

Puntualizó que “la verdad es que los árboles de la ciudad no son árboles contentos; el trabajo de un arborista, un ingeniero forestal, un biólogo, es hacer al árbol lo más feliz que se pueda, desde un punto de vista más romántico, poner las condiciones para que no sufra tanto” y lamentó que muchas veces no suceda esto, que no se tome en cuenta a personas calificadas en ello para poder lograrlo.

Detalló que los árboles, en la ciudad, se ven limitados por el espacio, pues no “pueden abrir sus raíces”, su ciclo circadiano “que marca nuestro ritmo de 24 horas, como día y noche” se ve afectado porque el árbol no descansa por el alumbrado publicado y las luces de la noche: “se altera como nosotros con el teléfono”. Aparte, mencionó, el suelo está contaminado, sus años de vida son más cortos y se ven afectados por el vandalismo: “ya que al cortarlo puede entrar un patógeno que lo afectará en un futuro”.

Entre los beneficios de tenerlos en las urbes están que, “alivianan el aire, ya que vivimos en un lugar muy contaminado, nos dan paz, nos ayudan a sentirnos mejor, absorben el ruido y regulan la temperatura”, por lo que instó a exigir que les brindemos buenas condiciones ya que los necesitamos, y que las personas que se desempeñen en puestos ambientales o tomen decisiones de esta índole, estén calificadas para ello.

Las actividades siguieron en un reconocimiento de especies donde se apreciaron adelfas, pirules, cedro limón y pingüica manzana, entre muchas otras especies; después platicó de las medidas que se deben tener al construir si hay árboles de por medio, para evitar estresarlos ya sea con la excavadora, vertirles desechos u con otras acciones más. La dinámica terminó con una meditación de agradecimiento hacia esta especie en su día, y corrió a cargo de Cassa Venado, quien se sumó a esta iniciativa hecha por Arboristas México. 

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