Estaban en arresto domiciliario
• El Supremo de Venezuela asegura que planeaban fugarse y por eso se revocó el arresto domiciliario
Ledezma, exregidor del municipio Libertador de Caracas, fue detenido en febrero de 2015 y permaneció cuatro meses en la cárcel hasta que, en mayo de ese año, pasó a arresto domiciliario. Las acusaciones que el régimen dirige a los dos dirigentes opositores tienen que ver con la instigación a la protesta. Leopoldo López fue detenido en 2014 por encabezar las movilizaciones que derivaron en los disturbios del primer semestre de ese año. A Ledezma le imputaron delitos “contra la paz, la seguridad y la Constitución”
Leopoldo López y Antonio Ledezma han vuelto a ser encarcelados la madrugada de ayer por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) de Venezuela, aseguraron familiares y compañeros de los dos dirigentes de la oposición, que se encontraban bajo arresto domiciliario.
Lilian Tintori, esposa del exalcalde del municipio caraqueño de Chacao, dijo en Twitter que unos agentes se acababan de “llevar a Leopoldo de la casa”, a la que había regresado el pasado 8 de julio. “No sabemos dónde está ni a dónde lo llevan. Maduro es responsable si algo le pasa”.
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela aseguró, aunque sin presentar ninguna prueba, que ambos opositores planeaban fugarse, y por ello les ha sido revocado el arresto domiciliario en que se encontraban y han sido trasladados nuevamente a prisión. “Se recibieron por fuentes de inteligencia oficial información que daba cuenta de un plan de fuga de dichos ciudadanos, por lo cual y con la urgencia del caso, se activaron los procedimientos de resguardo correspondientes”, señala el alto tribunal en un comunicado.
Estados Unidos se manifestó ayer “profundamente preocupado” por el regreso a la cárcel de ambos opositores, “otro paso en dirección equivocada para Venezuela”, escribió en Twitter el subsecretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri.
Las detenciones se producen 24 horas después de la celebración de la votación de la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por el presidente Nicolás Maduro y rechazada por las fuerzas opositoras, que no presentaron candidatos.
Con esos comicios, el Gobierno venezolano pretende desmantelar el actual Parlamento, controlado por una mayoría crítica con el chavismo, y constituir una nueva Cámara. Al término de la jornada electoral, en la que no participó más del 41% del censo, según los datos oficiales, Maduro amenazó con levantar la inmunidad judicial del fuero parlamentario y con reestructurar la Fiscalía. Ya lo había advertido durante la campaña: esas elecciones iban a ser para el chavismo una oportunidad para cobrar “todas las cuentas”.