Londres y la coyuntura perfecta

HOMO POLITICUS
El efecto de recelo e irritación del atentado circuló en minutos por el orbe y Donald Trump salió en defensa de la libertad y la democracia acusando, nuevamente, que el terrorismo internacional sigue en ascenso

El atentado ocurrido en Londres es la coyuntura perfecta que esperaba la derecha europea para afianzar su perenne pelea por el dominio político, realidad que en estos momentos es ascendente a nivel internacional.
 
El efecto de recelo e irritación del atentado circuló en minutos por el orbe y Donald Trump salió en defensa de la libertad y la democracia acusando, nuevamente, que el terrorismo internacional sigue en ascenso y que debemos combatirlo, cuestión que tuvo gran acogida en el parlamento inglés que se volcó hacia el apoyo del recrudecimiento de las políticas migratorias e incluso, la consolidación del Brexit.
 
En este escenario, no se admite que el terrorismo no es otra cosa que una respuesta de defensa a los abusos sistemáticos que han experimentado diversos pueblos por las potencias occidentales en su mayoría, cuestión que no se expone en ningún escenario, mientras el discurso sórdido de un enemigo sin rostro como lo es el terrorismo causa un monstruo de masas.
 
En este momento la paranoia europea sobre el terrorismo es pretexto propicio para afianzar la xenofobia y racismo existente, lo cual no ha merecido ningún pronunciamiento de la ONU, cuestión preocupante ante la escalada de agresiones que sufren migrantes y minorías en Europa.
 
La paradoja del establishment europeo, se encuentra en que la seguridad nacional y sus dispositivos son abiertamente vulnerables; cualquier instrumento de la vida cotidiana, como lo es un automóvil, puede y ha sido utilizado para generar un atentado, condición que derrota la prepotencia de los estados europeos y más allá, Estados Unidos lo vivió en carne propia en el atentado del 11 de septiembre que devastó los centros neurálgicos de la institucionalidad norteamericana.
 
Lo lamentable es que mientras el imperialismo siga pisoteando los derechos de los pueblos pobres, sus poblaciones experimentaran la cruenta carnicería de las represalias de las grandes potencias, al tiempo, que la respuesta de defensa que hoy se caracteriza de terrorismo en el afán de oscurecer estos pronunciamientos políticos, se seguirán presentando, porque ningún pueblo oprimido se mantiene inerte ante la agresión extranjera e intromisión a la autodeterminación.
 
Londres duele en el alma para los que esperamos que la paz prime en el mundo, pero es sólo una pequeña muestra que cuando se vulnera a un pueblo, la reacción llega tarde o temprano.

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