Letras y Memorias
¿Qué te duele a ti? ¿Qué nos duele como grupo, como colectivo? Nos duele perder a alguien, nos duele despedirnos ante la incertidumbre de que esto sea por siempre… nos duele ver la decadencia del ser humano embistiendo a otros seres humanos.
Nos duele abrir los ojos ante una realidad en la que mujeres desaparecen a diario y no vuelven; nos duelen los estallidos de inseguridad y el peligro de no poder caminar con paz de nuevo. ¿Qué te duele a ti? Porque lo más doloroso del mundo es que de pronto nos tornemos indolentes.
¿Qué te duele a ti? ¿Te duele la injusticia de un mundo que castiga inmisericorde a quienes no lo merecen? ¿O te duele no poder hacer algo al respecto? A mí me duele que los sueños sean sesgados y que queden retazos de ilusión en las manos vacías de cuerpos fríos. Me duele andar por las calles buscando desesperadamente un maullido esperanzador.
¿Qué te duele a ti? ¿Nos duele lo mismo? Nos duele el pecho cuando los noticieros transmiten el terror de la guerra, y nos duele el alma cuando el cuerpo de otro humano es masacrado por bestias que dicen ser de la misma especie nuestra. Nos duele ver a un niño trabajando mientras su pobreza es romantizada por los que no saben de la vida nada… nos duele la sonrisa perdida de mujeres jóvenes que un día salieron de su casa sin saber que el retorno ya no existía.
Nos duele esa lágrima recorriendo el rostro bonito de alguien que en la boca tendría que dibujar sólo sonrisas, y nos duele sabernos lejos de quienes amamos este o los demás días. ¿Qué nos duele? ¿Los pies de tanto marchar exigiendo visibilidad y seguridad? Porque es preferible ese dolor que el de la pérdida o la búsqueda de justicia y resignación. Nos duele todo lo que a la especie debe dolerle, pero debería dolernos más el no tener la valentía de cambiar este mundo.
¿Te duele lo que pasa entre ucranianos y rusos? Debería dolerte también la polarización que hay en nuestro suelo. ¿Te duele que la pelota se manche de sangre? Entonces igual debería dolerte la cifra de feminicidios diarios. ¿Te duelen los monumentos y sus remodelaciones? ¡Que te duela más ser indiferente ante la pena ajena!
A todos nos duele algo. A algunos les basta un analgésico para superar, pero a otros ni siquiera la justicia divina puede brindarles la paz que buscan. Seamos cordiales y empáticos con las y los demás, porque aunque todos sufrimos, no todos lo afrontamos igual.
¡Hasta el próximo jueves!
Postdata: Nada dura, ni duele para siempre. Si algo te lastima hoy, te aseguro que mañana ya no lo hará.
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