Corrupción… también en Argentina
● El ex secretario de Obras Públicas, José López, trabajó para Néstor y Cristina; fue atrapado cuando trataba de esconder más de cinco millones de dólares
Los vecinos de donde se encuentra el convento, reconocen que el ex ministro de de Planificación, Julio De Vido y el ex gobernador y candidato a la presidencia Daniel Scioli, frecuentaba el lugar donde actualmente viven un par de monjas. Una de ellas declaró que el ahora detenido, «estaba medio loco. Hoy vino loco. Decía “me van a llevar preso”. Le pregunté por qué decía eso y respondió porque robé dinero para venir ayudar acá». Se lo llevaron preso».
Buenos Aires.- Cuesta trabajo creerlo pero es real. Un convento de clausura se convirtió en el último escondite del dinero de la corrupción del kirchnerismo. El ingeniero José López, ex viceministro de Planificación y exsecretario de Obras Públicas del Gobierno de Néstor Kirchner y del de Cristina Fernández de Kirchner, respectivamente, fue atrapado por la Policía cuando lanzaba al interior del monasterio una maleta, bolsos de viaje repletos de miles de dólares, euros y joyas. La zona quedó acordonada y una brigada rastrea en las dependencias, sótanos y capilla en busca de arsenales presuntamente ocultos con anterioridad.
Cristian Ritondo, ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, ha detallado que López llevaba «108 bultos con dinero». Hasta el momento se han encontrado, «dólares, euros y moneda de Catar».
La escena de López, arrojando al interior del convento bonaerense de Nuestra Señora de Fátima el «equipaje», llamó la atención de un vecino que avisó a la Policía. Los agentes no tardaron en acudir al lugar y detener al hombre que la ex presidenta, Cristina Fernández, solía mencionar con palabras de agradecimiento cuando celebraba la inauguración o el comienzo de alguna obra pública. Los agentes se incautaron del material mencionado así como de un fusil de asalto «SIG SAGUER CAL 22 seria XA033368 con cargador con 25 cartuchos», según detalla el diario Clarín.
La noticia causó «asombro. La situación es casi de película», observó el jefe de Gabinete, Marcos Peña. Pero el hecho parece tener raíces más profundas que las aparentes.