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Llegó el Apocalipsis

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Llegó el Apocalipsis

Por: Martín Peralta

EL SIGUIENTE ESCRITO ES SOBRE ALGO QUE PODRÍA PASAR, PORQUE AUNQUE NO HA OCURRIDO LAS CONDICIONES ESTÁN DADAS ANTE LA AGUDA ESCASEZ DE AGUA QUE YA SE PADECE.

Se ven de lejos como procesiones, largas filas de hombres, mujeres y niños que van hacia ninguna parte. Buscan agua para vivir y marchan despacio, algunos a bordo de camiones o carros, la mayoría a pie arrastrando carritos de carga, de la capital del país hacia Hidalgo, hacia Morelos, hacia Puebla, donde tampoco hay líquido suficiente;  en ningún lado encontrarán agua, porque simplemente ya no hay.

         Lo habían advertido,  el Organismo de Cuenca Aguas del Valle de México (OCAVM) fijó como “día cero”, el 26 de agosto de 2024 cuando se cerrarían las llaves del sistema Cutzamala de donde se abastece el Estado de México y la Ciudad de México, porque estaba seco. 

Al 29 de enero, las tres principales presas que abastecen al Sistema Cutzamala contaban con sólo 30.2 por ciento de llenado en el caso de Villa Victoria; 33.9 por ciento en Valle de Bravo y 60.2 por ciento en el Bosque.

Y ese día, como todo en la vida llegó. Desde hace tiempo colonias de Ecatepec, en el estado de México dejaron de contar con el vital líquido, como en Jardines de Aragón, en el fraccionamiento Los Álamos, donde compraban pipas con agua no apta para el consumo humano, sólo la usaban para los baños, para lavar los trastes, pero para tomar y bañarse tenían que comprar garrafones.

La situación se generalizó en todas las colonias populares de todos los puntos cardinales. Ahora lo apremiante es conseguir agua a como dé lugar.

Este maldito día cero ha llegado y nadie escapa de los efectos atroces; las autoridades callaron por mucho tiempo y ahora también porque ya no pueden hacer nada. Muchos aguantaron hasta donde fue posible pero terminaron por abandonar sus hogares, sobre todo de colonias de la periferia, porque los de Polanco, Las Lomas, El Pedregal, Bosques siguieron contando con agua. Pero ahora ni ellos.

Sí, se dijo durante mucho tiempo que las guerras futuras serían por agua, no por petróleo, pero pensábamos que eso ocurriría en algún día del futuro lejano, no tan a la vuelta de la esquina.

Ha sido horroroso lo que nos ha tocado presenciar, la gente enloquecida por un garrafón de agua para llevar a sus casas. Los comercios dejaron de abastecer el líquido y con ello vino también una escasez angustiosa de alimentos. Siempre repetíamos que “sin agua no se puede hacer nada” y nos ha tocado atestiguarlo. Como siempre ocurre los que tienen dinero han tenido agua, incluso en las redes sociales han publicado  videos a gente gozando en albercas en sus casas ricas, mientras la gente común muere por un poco de agua.

Los que no han dejado de trabajar son los delincuentes, asaltan camiones y pipas y venden el líquido a precio de oro, lo que ha ocasionado que la gente se defienda como pueda por lo que son incontables los crímenes de personas que tratan de defenderse de los abusos. La policía está rebasada junto con los militares de la Guardia Nacional.

Los gobiernos de la ciudad de México y el  Estado de México, junto con el federal han tratado de responder al reclamo popular pero no han podido, porque simplemente no hay agua. La traen de muy lejos en pipas pero resulta insuficiente.

No se atendieron los avisos a tiempo de que faltaría agua en poco tiempo, es lo que dice el reclamo popular, pero no basta esta explicación, porque en realidad en casi todo el país falta el agua, no tan apremiante como sucede en la capital y en el Estado de México, pero el problema tiende a generalizarse en todo México y, en realidad, en varios países del mundo. Y ante este panorama, no llueve, de hecho no ha llovido en dos años, en algunos lugares hasta tres años. Por ello volteamos hacia el cielo e imploramos porque aparezcan las nubes cargadas del vital líquido, pero no aparecen, el cielo permanece azul y la primavera se adelantó. Pedimos que ojalá llueva.

Se ven a lo lejos las caravanas de quienes buscan agua. La idea surgió de alguien: “Mañana temprano vamos a salir a buscar agua juntos, para defendernos de los criminales, quien quiera sumarse adelante, salimos a los 5 de la mañana, lleven todo lo que puedan en sus carros, tambos, tinacos pequeños, lo que puedan”. Y al otro día eran como 500 los que esperaban la orden del hombre que lideraba. Algunos en camionetas, otros con carritos improvisados, con carretillas, con lo que podían. A lo lejos se ven las marchas, algunos van hacia el estado de Hidalgo, otros hacia Morelos, a donde les dicen que puede haber agua.

La esperanza es que llueva, que Dios se acuerde de nosotros. Mañana me incorporaré a alguna caravana que no vaya tan lejos, muchos vienen de México a Pachuca y nosotros saldremos de esta misma ciudad hacia algún lado donde dicen que puede haber agua. El día cero llegó antes de tiempo. Como decían las abuelas. “Que Dios nos ampare”.