Liguilla 2018

#LIGUILLA
LA MÁQUINA SUPERA EL PRIMER OBSTÁCULO DE LA FIESTA GRANDE
    •    Fue la primera ocasión, en seis intentos, que La Máquina superó los cuartos de final como puntero, así que los muros del pasado siguen siendo derribados por la pareja Pedro Caixinha-Ricardo Peláez.


MARCADOR FINAL Y GLOBAL
CRUZ AZUL (3) 1-1 (1) QUERÉTARO
Lo que Jorge Antonio Pérez Durán hizo anoche, es un reflejo de que los árbitros no están completamente capacitados para el uso de la tecnología.
El Cruz Azul de Pedro Caixinha avanzó a las semifinales, al igualar 1-1 ante unos Gallos Blancos que pelearon gracias a los errores celestes, en un encuentro manchado por el silbato.
La tecnología apareció un par de ocasiones y a favor de los Gallos Blancos… más o menos. Pérez Durán acertó en concederle el gol del empate, al minuto 60, a Luis Romo, quien remató un cabezazo dentro del área, pero a la velocidad de la jugada, parecía que Jesús Corona había atajado el balón antes de que éste cruzara la línea de gol. El central recibió una llamada desde el VAR, para confirmarle que el esférico rebasó por completo y la anotación era válida para Gallos Blancos.
Pérez Durán no visitó la pantalla entre los banquillos.
Unos minutos después del tanto queretano, Edgar Méndez, ya amonestado, cayó en el área, un aparente penalti. Una vez más, el juez recibió la llamada desde cabina. En esta ocasión, fue él mismo a consultar en la pantalla. El español había fingido una falta y se merecía la segunda tarjeta amarilla, pero en lugar de pitar eso, el árbitro revisó una jugada previa, por lo que marcó una falta a favor del Querétaro antes de la acción del penalti. El reglamento de la FIFA establece que “los asistentes de video evitan decisiones erróneas relativas a la expulsión de un jugador [….] también evitan decisiones erróneas relativas a la concesión de un penalti”, pero lo del ibérico fue una acción posterior.
Pérez Durán señaló una falta de Milton Caraglio casi en el medio campo, por lo que los Gallos Blancos evitaron la pena máxima, pero el Cruz Azul terminó el juego con 11 hombres.
Fue la primera ocasión, en seis intentos, que La Máquina superó los cuartos de final como puntero, así que los muros del pasado siguen siendo derribados por la pareja Pedro Caixinha-Ricardo Peláez. Ni la cancha improvisada, parchada y desnivelada del Estadio Azteca fue un obstáculo para los cementeros, quienes ahora esperan rival, que puede salir  entre Monterrey, Tigres e incluso Toluca si elimina al América.
A los lejos y en la televisión el césped híbrido lucía mucho mejor. Ya de cerca, la cancha estaba parchada, con algunos pequeños huecos de tierra, desnivelada y gastada en los costados.
Cruz Azul no ha perdido el control en el Estadio Azteca, en donde se estrenó como local en Liguilla desde la incorporación de torneos cortos, y tumbó al Querétaro en la marcó oportunidad que tuvo.
Elías Hernández, con una pincelada, abrió los cartones al minuto 4. El refuerzo celeste recortó un par de veces a George Corral para abrirse un espacio y mandar el balón al ángulo superior de Tiago Volpi. La anotación no cambió la tarea de los pupilos de Puente, porque necesitaban los mismos tres goles para rescatar el milagro. El joven entrenador mandó al frente a los Gallos, sin anticipar que los de Caixinha iban a esperarlos y fulminarlos al contragolpe. Una, dos, tres y hasta cuatro descolgadas tuvieron los cementeros, mas nunca lograron perforar las redes del meta brasileño. Cruz se confió y dejó que Querétaro igualara el marcador.
Con toda la polémica arbitral, La Máquina avanzó, pero tendrá mucho que ajustar porque los errores de ayer, otro equipo con mayor nivel futbolístico se las podría cobrar y caro.
Rayados echa al campeón
En otro encuentro de los Cuartos de Final,  Muera el Rey… Viva el Rey. Habrá un nuevo campeón en el futbol mexicano. Santos Laguna entregó la corona el caer ante Monterrey (0-2) para un global de 0-3.
Justicia absoluta fue la que se dio en esta serie. Monterrey fue mejor en el juego de ida, allá en el BBVA Bancomer; y ayer en el Corona, además de superar en lo futbolístico, fue efectivo y contundente.
Sin pretexto alguno Rayados, el equipo gris, el que no llenó su estadio a media semana, resurgió, le tumbó la corona a los laguneros y sigue en la pelea, con mayor moral y mayor convencimiento de que si se sigue el plan original, el marcado por el técnico de Diego Alonso y dejan atrás los egos, pueden salir adelante.
Santos, muy a la callada, después del escándalo que derivó la salida del anterior cuerpo técnico encabezado por Robert Dante Siboldi, se reconstruyó bajo las mismas bases. Salvador Reyes entendió que al equipo no había que cambiarle mucho y se hizo de respeto propio, se hizo candidato sin dejar de serlo.
Pero algo pasó en esta Liguilla. El equipo compacto, con poder de reacción, perdió la memoria, cometió errores impensables y pecó de exceso de confianza.
Con el marcador en contra por lo sucedido en el duelo de ida, coronado con aquel golazo del chileno de Rogelio Funes Mori, se esperaba que los laguneros arrasaran en su cancha, que fueran desde el inicio con todo y contra todo, pero…
Pasaba el tiempo y no se veía la explosión de los albiverdes. Para acabarla, Monterrey fue efectivo, contundente y suertudo.
Primer gol, remate de Nico Sánchez y falla de Jonathan Orozco. Santos ahora iba por tres goles. Enseguida, Avilés Hurtado hace una jugada de crack, sombrerito sobre Angulo, pase exacto a Funes Mori que define por abajo.
Otro golazo.
Se seguían necesitando tres goles, pero el golpe en la moral era más que contundente.
Santos intentó reaccionar, por lo menos poner número a la casa para hacer más decorosa la eliminación, pero la fuerza se había ido, la imaginación desaparecido, el reinado ya estaba roto.
El futbol mexicano tendrá nuevo campeón. Santos Laguna ha entregado la corona. La mantuvo durante un semestre de forma digna, pero al final perdió gas, la eliminación, aun peleando, no es consuelo de nadie en La Comarca.
Y Monterrey ha vuelto a surgir. Seguramente para las semifinales ahora sí, el estadio estará lleno, porque los Rayados están de vuelta, el equipo millonario al fin jugó a lo que sabe.

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