
Daniel Tomasevic encarna a los hijos del exilio, esos hijos de padres latinoamericanos que se vieron forzados a dejar sus países y la necesidad que, más tarde o más temprano, tienen de buscar “las huellas” de su origen. Este es el argumento del libro del mexicano Omar Castro (Baja California Sur, 1955), “Huellas en la arena”, presentado esta semana en la Casa de América de Madrid, una novela breve que trata la búsqueda y el regreso a los orígenes de un joven con sangre chilena, croata y mexicana a través de un viaje por la cultura Yagán de la Patagonia, cuya última parlante nativa falleció en 2022. En una entrevista con EFE en Madrid, el escritor, docente ya jubilado, habla de este viaje al “fin del mundo” de la Patagonia, marcado por extensas descripciones de las culturas milenarias y etnias que fueron “exterminadas por el hombre blanco de diferentes países”. El mexicano cuenta que lo que se lleva de este libro es el viaje que Daniel Tomasevic, el personaje principal de la historia, hace en busca de algo tan importante como su madre biológica, cuya identidad no conoce hasta que su padres se lo confiesa en el lecho de muerte. El padre de Daniel “era un académico que sufrió la dictadura en Chile y huyó buscando asilo a México”, cuenta Castro, quien tomó el golpe de Estado del general Augusto Pinochet al Gobierno de Salvador Allende en 1973 como punto de partida de la historia. El autor compara la belleza “única” de la Patagonia, con lo inhóspito y los gélidos vientos de los territorios de este “fin del mundo” junto al Estrecho de Magallanes, y los incorpora en el simbólico viaje del protagonista, una ruta que él también realizó.
LAS CULTURAS INDÍGENAS OLVIDADAS
Las culturas indígenas olvidadas son también protagonistas de esta historia y para ensalzarlas, Castro se inspira en la última nativa Yagán, Cristina Calderón, fallecida en 2022 a los 93 años y cuya imagen ilustra la portada del libro.Calderón fue considerada “Tesoro Vivo de la Humanidad” por el Gobierno chileno y por la UNESCO en 2009 por sus esfuerzos para intentar mantener viva la cultura Yagán. Ya en la novela, ella tiene también un papel vital ya que es la encargada de guiar al protagonista en la búsqueda de su madre, ya en la Patagonia.
ESCRIBIR POR PASIÓN
Castro confiesa que sus escritos son por su amor a la escritura y no para recibir dinero: “yo termino regalando la mayor parte de mis libros, es más por placer que por vivir de ello”. Considera que la lectura en Baja California “es muy cara” y alude a que, según las estadísticas, “sólo se leen 3 libros por habitante y año” entre la población, mientras que en Europa es “de 10 a 17 libros”.
Es por ello que el escritor y profesor retirado tomó la iniciativa de devolver 100 pesos (cerca de 6 dólares) a cada estudiante que compraba su libro en la presentación oficial, “un incentivo para que lean”.
Todo para reivindicar la lectura así como que “las huellas en la arena se borran, pero lo que no se deben borrar son los orígenes”, y por eso el viaje interior de Daniel, para saldar ese vacío que le hacía falta a su existencia, su realidad. EFE