Letras y Memorias

Cosmonauta de un Sueño. Vol. IV

Bitácora del viajero: ¿Es esta la vida real? ¿Es sólo fantasía? No entiendo nada de lo que hay frente a mí, y conforme avanzan las horas en esta tierra de todos y de nadie, la pesadez se hace presente y los ojos cansados pierden la noble capacidad de maravillarse ante los cometas que atraviesan el firmamento.

Se trata entonces de esa cosa que los lugareños llaman “cumpleaños”. Tradición ancestral en donde conmemoran la fecha en la que uno nace, aunque en el peculiar caso del Cosmonauta que escribe esta bitácora, pareciera que el festejo se debe a mi aniversario de haber llegado a este mundo, su mundo.

Antes de caminar por las calles de este lugar, poco o nada entendía de la realidad en que nos encontramos y que, extrañamente, no sé si sea a lo que estaba acostumbrado antes. Siento que el mundo y el universo en sí, ya no es como solía conocerlo. 

No deja de sorprenderme, eso sí, la valerosa gente que sale a sobrevivir porque si se queda confinada en su casa, difícilmente verá el mañana; no dejan de sorprenderme quienes sonríen mediante la vista como si en este espacio no ocurriera nada. Y esa es la enorme pregunta que me hago hoy: ¿qué ocurre realmente?

Veo a lo lejos a un sujeto, da la impresión de que es un local también. En la lejanía desde la que lo observo, me parece de estatura debajo del promedio; las barbas están desordenadas y sus oscuros cabellos apenas lucen peinados. Le acompañan tres personas y otra forma de vida similar a un flerken, aunque no veo sus tentáculos, sí noto que es igual de peludo y esponjoso, además emite el mismo maullido. 

El sujeto sigue en pijama cuando toda su compañía ha ido a verlo hasta donde reposa. Le estrujan, lo abrazan, el flerken hace mimos cerca de su rostro, y entonces un semblante que parecía cansado, se alumbra como si se tratara de una antigua antorcha y en un instante ya está de pie añorando devorar su propio mundo. 

Desde mi posición, fuera de “su casa”, siento una lágrima caer por mi mejilla derecha. Me quito por un minuto la esfera protectora y el guante, palpo esa pequeña partícula líquida y sonrío. 

Todo lo que suelo cuestionarme al saberme foráneo en un mundo cada vez más raro, se revela frente a mí en la forma de una familia amorosa, todo cuanto no entiendo, me es explicado cuando el sujeto en cuestión me mira fijamente y guiña el ojo, toma su celular y al ver la pantalla, también sonríe y derrama una lágrima.

Mi existencia en esta tierra de todos y de nadie, se vuelve día a día más interesante, porque un año atrás sólo me preocupaba explorar los rincones de lo que he llamado Dasha 17-X, con fines meramente científicos, pero hoy no. Hoy he descubierto que este mundo posee historias listas para descubrirse en cada uno de sus espacios, en todos los firmamentos posibles y en cada rostro que se ilumina con palabras amorosas de quienes le acompañan en la travesía personal. 

Seguiré sin entender el misterio de la gente que habita este planeta. Seguiré sin entender cómo es que aún en los momentos más grises y turbios, siempre ven la forma de encender el fuego de sus corazones (metafóricamente hablando) para darle calor a quienes van con ellos a morir. Empiezo a creer que sus particulares metas en sus peculiares vidas, va más allá de sobrevivir o vivir; empiezo a cuestionarme si el verdadero fin de quienes viven en esta tierra, tiene que ver con amar hasta el final de sus tiempos. Tal vez nunca lo sabré. 

¡Hasta el próximo miércoles!

Postdata: Gracias por las palabras. Acá alguien te quiere y te ama mucho. 

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