Home Nuestra Palabra Javier Peralta Legislativo para equilibrar poderes, no para venganzas de un grupo

Legislativo para equilibrar poderes, no para venganzas de un grupo

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RETRATOS HABLADOS
    •    Los representantes populares, diputados y senadores, son la voz del que votó por ellos


La división de poderes de acuerdo a las leyes mexicanas, tiene como objetivo buscar un equilibrio en el ejercicio del poder, que recae en el Ejecutivo. El Legislativo y Judicial atienden la necesidad de buscar ser contrapesos para evitar la tentación  que surge en todo aquel que tiene en sus manos llevar la nave donde va embarcada toda una sociedad, es decir, transformarse en un dictador.
    Son múltiples los casos en que legisladores tuvieron que pagar, incluso con su vida, la temeridad de oponerse a los designios desequilibrados de un mandatario, como fue el caso de Victoriano Huerta. Fueron, sin duda, la voz disidente que supo ser la de toda una sociedad.
    De origen los representantes populares, diputados y senadores, son la voz del que votó por ellos, es decir de un nutrido grupo de personas que atendieron el llamado al sufragio, y después decidieron hacerlo por determinado candidato.
    Sin embargo todo este panorama de ensoñación, cambia de manera radical, pierde su razón de ser, cuando descubrimos de pronto a legisladores y legisladoras que por principio de cuentas no llegaron a la curul por un triunfo ligado a la victoria en las urnas por méritos propios, sino a la decisión de un grupúsculo político que recibió la concesión para imponer a un número determinado de candidat@s y colgarlos a la ola avasalladora de un aspirante presidencial.
    De origen, perdieron la razón de ser de su ejercicio, porque su elección recayó en una sola persona que los negoció en paquete para colocarlos en un Congreso como el de Hidalgo, y a partir de ese momento usarlos como grupo de choque en contra del Poder Ejecutivo; de ninguna manera para impulsar un justo equilibrio de poderes.
    Se trata del envilecimiento más preocupante del trabajo legislativo con fines propios de un grupo de pandilleros, a los que se les asignan tareas solo propias de verdaderos delincuentes para buscar imponer a toda costa el proyecto personal de quien los creó, les dio vida y ahora usa a su antojo.
    Sin la representación real del ciudadano, porque el triunfo que lograron solo consistió en subirse a una ola triunfadora que encarnó el hoy Presidente, Andrés Manuel López Obrador, el grupo de Neo-Morenistas que deben obediencia ciega al personaje que de un día para otro los hizo diputados locales, diputados federales y hasta Senadores, hoy por hoy simplemente cumplen su papel para el que fueron contratados por un grupo, una persona, no una sociedad.
    El efecto que hoy observamos, es que han convertido al Poder Legislativo, porque mayoría decide y mayoría cumple los gritos de venganza de su creador, en un brazo ejecutor de iniciativas para reventar el trabajo del Ejecutivo, cueste lo que cueste, y afecte a quien afecte.
    Ninguna Cámara de Diputados había desembocado en asumir tan lamentable papel, en el que se ha dejado atrás todo momento de reflexión, porque el grupo de diputados Neo-Morenistas, actúa como legión, con una sola conciencia que no es la de ellos, sin de quien ordena a detalle cada una de sus acciones.
    Eso es lo más lamentable, y de no ser porque hoy su líder único es investigado sobre el uso debido y sano de recursos económicos en la Secretaría de Hacienda, las cosas ya habrían desembocado en un escenario digo de las épocas de gangster.
    La historia, para bien de la entidad, se ve cercana a su fin, y es evidente que sin la mente maestra que los guía, tendrán que empezar a responder no a un grupo, a un líder, sino a una sociedad cada vez más cansada del abuso del poder político en un Poder que debe caracterizarse por ser voz de los ciudadanos, no de un ciudadano.

Mil gracias, hasta el próximo lunes.

jeperalta@plazajuarez.mx/historico/historico
@JavierEPeralta