ALFIL NEGRO
La política es una actividad en que nada es seguro ni estable porque puede cambiar de un momento a otro, de tal manera que los que no eran, de pronto son los fuertes y los que eran la encarnación del poder pasan al cuarto de los trebejos en espera de mejores tiempos, porque hasta eso, los políticos nunca desaparecen del todo y aunque usted sepa que ya los velaron y enterraron, nunca los de por muertos, porque en cuanto ven una rendija reaparecen para confirmar lo dicho según muchos por don Juan Tenorio, “aquellos que vos matáis gozan de cabal salud” .
La política es una caja de sorpresas en que como dice el refrán “se deben tener en la mano los pelos de la burra para poder afirmar que es parda”, o aquel otro de que “para tener guisado de liebre, lo primero es tener la liebre”, pues de lo contrario puede pasar lo de la fábula de la mujer que lleva en la cabeza un cántaro con leche y hace cuentas alegres sobre lo que comprará con su venta hasta que se le cae el cántaro y se riega el lácteo y sus sueños se esfuman, porque “del plato a la boca a veces se cae la sopa”.
Así es la política en nuestro estado donde en la elección para gobernador nos mostró las vueltas que da la política, pues la victoria de Julio Menchaca muestra que en esta actividad se deben mover con pies de plomo, pues no se sabe nunca si aquel al que de pronto se ve sin ninguna posibilidad al rato resulta que es la apuesta ganadora.
Menchaca vivió momentos difíciles en que parecía que su camino no daría más.
Pero en el fondo todo dependía de la permanencia del PRI en el poder, y la llegada de Morena al poder abrió puertas para que Menchaca sea ya gobernador electo con una diferencia de más de 300 mil votos en relación con la carta priista.
Los efectos de esta nueva realidad del poder en Hidalgo plantearán nuevos modos en la vida de muchas gentes, muchos extrañando lo que se tuvo y ya no se tiene y muchos con la exigencia de hacer del poder un camino de servicio a la ciudadanía.
Los que se pensaban inamovibles se van y los que parecían condenados a las derrotas ahora son los fuertes.
Vueltas que da la política.
