LA FLORES DE DOXEY/REPORTAJE PARTE 2
• Del maíz al cempasúchil y de la flor a las calabazas
Allá donde el sol parece que se cayó en el campo, vive don Jorge Luis Vargas Hernández, uno de los primeros hombres que imaginó a los campos de la comunidad de Doxey cubiertos de flores de cempasúchil. Un alegre campesino, que orgullosamente nos acompaña para mostrarnos los frutos de la última cosecha que se tendrá este año y que corresponde a las flores que se ocupan para las festividades del Día de Muertos, en el municipio de Tlaxcoapan, estado de Hidalgo y todo el país.
Tiene 49 años de edad, y más de 30 los ha dedicado al campo, él ha sido testigo del trabajo que se realiza cada año en su parcela ubicada en el ejido de San Bartolomé Doxey, y conoce de la rudeza que implica el estar cada día al cuidado de las plantas que se siembran, además de todo lo que conlleva “aventarse” a sembrar flores, que para que broten hermosas, requieren de muchos cuidados, en especial en este ejido donde la siembra se hace a cielo abierto y se riega con aguas negras.
El cultivo
Para don Jorge Luis, la siembra de flor representó la oportunidad de tener un cultivo más al año, ya que al inicio se realiza la siembra de maíz y una vez cosechado este se prepara la tierra para sembrar la semilla de la flor, sin embargo el trabajo no deja de ser pesado aunque asegura que al final de temporada es satisfactorio ya que el “mirar el campo cubierto de flores” es tan gratificante como el hecho de comer elotes a mitad del año.
“Yo soy uno de los iniciadores, vamos a ver cómo funciona, estamos haciendo variaciones en cuanto a la flor se refiere, es uno de los cultivos que también nos apoya en esta temporada, nos da sustento para nuestras familias, en noviembre y diciembre ya se recogieron las últimas cosechas del año, y la venta de estas es un apoyo para finalizar la temporada”, explicó.
Por lo anterior, comentó para Diario Plaza Juárez, que cada una de las flores sembradas tiene un tiempo diferente de floración: “el maíz lo sembramos temprano para que lo podamos sacar y entonces así poder sembrar la flor, por eso en febrero estamos en la siembra para que tres meses y medio después, podamos comer elotes y diferentes productos que se hacen con el elote”.
El almacigo, la cuna de la planta
De igual forma explica la forma en que la semilla del cempasúchil se prepara en lo que podría denominarse “la cuna” de la planta, el almácigo, que es un recipiente en el cual se pone a germinar la semilla y en donde se realizarán los cuidados de la planta en sus primeras etapas de vida.
El cempasúchil, se siembra en almácigo y se mantiene ahí, desde que brota hasta que alcanza alrededor de 15 a 20 centímetros de altura, para que posteriormente la planta sea trasladada y replantada en el campo, lugar donde terminará su maduración. “EL cempasúchil se siembra en almácigo a mediados de julio; la nube, se siembra un mes después para que esté lista a finales de octubre y toda alcance su floración, los besos se siembran a mediados de agosto, la que se debe sembrar más temprano es la mano de león, porque se lleva más tiempo de siembra, por eso la estamos sembrando cinco meses antes de la semana del Día de los Muertos”, agregó.
Sin embargo, más adelante conoceremos al señor Facundo, quien contará para Diario Plaza Juárez la forma en que mejoraron su cultivos al hacer uso de algunos secretos que se trajeron de otros municipios, donde también se siembran este tipo de plantas, de las que brota uno de los aromas más peculiares en las ofrendas del Día de Muertos.
“Comenzamos primeramente con el cempasúchil y la nube, solo eran estos dos tipos de flor los que cultivábamos al inicio, con el tiempo se han agregado otros como la manita de león, una flor que se llama besos y este año tengo el honor de presumirles que hemos cosechado flor de girasol”, exclamó aquel hombre, que con gusto más adelante nos mostraría que este año logró cosechar flores de girasol que vende en alrededor de 15 pesos.
El trabajo en el campo
“El trabajo aquí en el campo es muy pesado”, nos explica don Jorge Luis, y agrega que el problema es que como los cultivos se riegan con aguas negras, que contienen desechos orgánicos que son benéficos para las plantas, no lo son para los campesinos, quienes están a expensas de contraer alguna enfermedad, de igual forma destacó el uso de plaguicidas o herbicidas para garantizar la supervivencia de las plantas, químicos que pueden ocasionar daño.
Lo anterior aunado a que se requieren jornadas de sol a sol, para hacer el deshierbe de las plantas, ya que el herbicida no se puede utilizar con todas las variedades de flor que se siembran en el campo, por lo que se requiere de jornadas completas de deshierbe, mismo que realizan con las propias manos y para lo cual deben ir en cuclillas avanzando sobre las melgas, para cuidar la planta que en unos meses llenará de color el campo.
“A mis hijos no les gusta tanto el campo, mi hijo estudia en la universidad la carrera de electrónica y mi hija está haciendo la maestría en el politécnico, pero nunca dejan de apoyarme. Cuando se empiezan a dar las flores, me llevo unas a la casa, las pongo en un florero y me dicen ‘están bien bonitas tus flores’, es una satisfacción muy grande, y mi esposa ya no está conmigo”, explica.
De igual forma, acomodándose el sombrero que lo ataja del sol, y con la alegría de presumir su cosecha, el cultivador de flores en Doxey, nos cuenta dice “es mucha dedicación, mucho trabajo, muy pesado pero muy gratificante cuando se ven las cosechas, es ahí cuando vemos lo que realmente vale la pena”.
De la flor a la calabaza
Antes de irnos, aquél hombre se apresura para invitarnos a verlo más adelante, a pie de la Carretera Doxey – Teocalco, en donde tiene un pequeño puesto en el que ofrece sus hermosos girasoles, la flor que produce, y también la cosecha de calabazas que ha cuidado desde el mes de marzo, “sembré media hectárea y dependiendo del tamaño, pero en general no pasan de 40 pesos”, productos que también son demandados para la elaboración de diversos platillos para la temporada que se avecina referente al Día de Muertos.
Finalmente, invitó a todos los hidalguenses a que acudan a comprar flores y calabazas, a que disfruten del Segundo Festival de la Flor en Doxey que se realizará el próximo 28 y 29 de octubre, con el que buscan vender “a precios accesibles” toda la flor que tienen sembrada.
No se pierda la tercera parte de este reportaje, el perfume de las flores