El Major Tom -como en su inmortal canción- tomó sus píldoras de proteínas, se puso el casco y ascendió. Nadie supo ver las señales
Un astronauta muerto protagoniza el arranque del vídeo de Blackstar, la canción que da título a su último disco, publicado el pasado viernes, coincidiendo con su 69 cumpleaños. No hay fotos del artista en la portada de un disco que no ha sido póstumo por dos días. Solo una estrella negra, que ahora se revela como el adiós del hombre que cantó a las arañas de Marte.
David Bowie, la legendaria estrella del rock, icono estético y artístico de la segunda mitad del siglo XX, falleció a los 69 años, víctima del cáncer. Así se anunciaba, hacia las 7.30 el día de ayer por la mañana, en los perfiles oficiales del artista en Facebook y Twitter. “David Bowie ha muerto en paz hoy [por el domingo] rodeado de su familia, después de una valiente lucha de 18 meses contra el cáncer.
Hace una semana David Bowie lanzó su último álbum. Y hace solo cuatro días lanzó el video de su último sencillo, ‘Lazarus’, una canción que contiene una frase que ahora muchos interpretan como su despedida.
Bowie sabía que estaba muriendo. Tras una batalla de 18 meses contra el cáncer, este lunes el mundo despertó con la noticia de su fallecimiento. Y en la canción está sus últimas palabras artísticas, entre ellas la frase: “Mira aquí arriba, estoy en el cielo”.
Tony Visconti, productor y amigo de Bowie, dijo que el músico convirtió su muerte en una obra de arte, describiendo su nuevo álbum Blackstar como su “regalo de partida”.
Blackstar salió al mercado el día del cumpleaños 69 del artista, el 8 de enero.
‘Lazarus’ es parte de la obra teatral del mismo nombre —escrita por Bowie y Enda Walsh y dirigida por Ivo Van Hove— que se estrenó en diciembre en Nueva York.
Las letras de ‘Lazarus’ hacen alusión a su estado de salud y en el video Bowie empieza a flotar sobre la cama de hospital. Una despedida, sin duda.
Y como Lázaro, Bowie se ha levantado y sigue ‘caminando’ entre nosotros con su música.